Muy buena película que a pesar de ser de finales de los 70 no desmerece para nada el aspecto de cualquier producción reciente. Un drama carcelario muy bien contado y que transmite la angustia del protagonista directamente al espectador.
Brad Davis realizó aquí la interpretación y el papel de su vida (acortada prematuramente por el VIH) mostrando que en muchos lugares del mundo, todavía hoy en día por desgracia, la justicia es ciega... sorda y muda. Aunque en los países del primer mundo también dejen mucho que desear a veces.
Película imprescindible para un "cinefilo medio".