Cuando Quentin Tarantino y Roger Avary subieron al escenario en 1994 para recibir su Oscar por el guión original de "Pulp Fiction", eran todas sonrisas. Pero poco después, tras un enfrentamiento entre ellos, comenzaron las disputas por la paternidad de la criatura. Tarantino alegaba que Avary solamente había colaborado con la idea general de las tres historias que componen la película, pero aseguraba ser él quien había escrito todo el guión sin ayuda. Siendo conocida la fama de chorro de ideas ajenas que arrastra Tarantino, muchos creyeron en otra apropiación del director de Knoxville.
Cuando años después ambos guionistas continuaron sus carreras por separado, quedó evidenciado quién es el verdadero padre del existoso film. Los afilados diálogos que habían sido la razón del éxito de Pulp Fiction seguían presentes en "Jackie Brown" y "Kill Bill", no así en ... "Silent Hill" y "Beowulf" , ejem.

Aunque aquí no hubo disputa ni pelea, los caminos separados tomados por Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet después de co-dirigir la rareza pretenciosa de "La ciudad de los niños perdidos" y esa deliciosa obrita maestra que es "Delicatessen", dejó también en evidencia quien de los dos era el que tenía "la magia". Jeunet hizo "Amelie", mientras que Caro se despachó con... "Dante 01", ejem, ejem, ejem. Esta claro para mi que la influencia de Caro estuvo más presente en "La ciudad...", mientras que Jean-Pierre fue quien se impuso en "Delicatessen".

Esta historia aburridísima sobre una nave espacial-cárcel orbitando alrededor de un planeta fatídico, parece en un inicio una cruza entre "Alien 3" y "Solaris". Al primero sobre todo por la estética y el estilo de peinado de los prisioneros (curiosamente, sería Jeunet el que se encargara luego de la cuarta parte, "Alien Resurrection"). El ambiente claustrofóbico y la cabezas rapadas recuerdan también al cortometraje que Caro y Jeunet habían dirigido al comienzo de sus carreras: "The Bunker of the Last Gunshots" (1981).

A esta prisión de máxima seguridad, que utiliza a los convictos como conejillos de indias para extraños experimentos, arriba un nuevo prisionero que trae consigo poderes mesiánicos. El guión inconexo se enreda en un montón de situaciones confusas y sin ningún interés, encima con pretensiones filosóficas pseudo religiosas y un final "raro". Para dormirse una buena siesta.

GISKDAN