Durante meses hemos escuchado rumores, leído noticias y visto imágenes que hacían del estreno de “Joker” todo un acontecimiento y no solo para los seguidores del cine de súper héroes. El director parecía no ser el más indicado y su protagonista ha dado siempre composiciones tortuosas de sus diferentes personajes. El ritmo impuesto por Marvel y la poca visión de DC en lo referente al éxito comercial parecían marcar unas pautas que, evidentemente, Phillips no solo no ha seguido si no que se ha saltado con valor.
Está claro que no es una película de súper héroes si no de súper marginados y de una sociedad terrorífica que retrata con un realismo que causa desazón y náusea pero que te atrapa desde el primer frame. Una narración hipnótica que no quieres ver pero que no puedes dejar de ver. Una reflexión amarga de lo que somos y disfrutamos viendo y hasta siendo: MALOS.
Sin piedad, sin contemplaciones, sin pausa...así vamos descubriendo la oscura materia del rencor y la amargura que va emergiendo del pobre y maltratado Arthur. Así vamos comprobando que nuestra sociedad, nuestro mundo, es el principal creador de monstruos y que todos somos culpables. No nos tratamos bien los unos a los otros, somos envidiosos, somos miserables y desconsiderados.
No es un título para salir edificado si no todo lo contrario. Una extraordinaria obra maestra del cine que te sacude sin contemplaciones y que ha quedado ya en la historia del género por méritos propios y estableciendo unas bases para el cine de anti héroes que, podrá gustar más o menos, es una fiel representación de los orígenes del mal.
Phoenix está extraordinario bordando su mejor creación hasta la fecha y De Niro nos ofrece su mejor interpretación en muchos años.
Bravo, bravo y bravo.