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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
6
Acción Después de varios años, el arquitecto Paul Kersey ha conseguido superar el asesinato de su mujer y lleva una vida tranquila en Los Angeles. Pero, cuando su hija, ingresada en un sanatorio desde que fuera violada, también es raptada y asesinada, decide tomarse la justicia por su mano. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda entrega de la saga "Death Wish" -de visionado obligado para cualquier "fan" de Charles Bronson que se precie de serlo-, y secuela directa de "El justiciero de la ciudad" (Death Wish, 1974), película dirigida ya por Michael Winner, "Yo soy la justicia" tiene un título español que lo dice todo. Por un lado, es cine "exploit", sí, pero para mí es mucho más que un espectáculo violento para públicos ávidos de emociones fuertes: se trata de una reflexión sobre la justicia, a la que (desde el punto de vista de Paul Kersey) se entiende como una necesidad imperiosa que va más allá de la ley; como algo que no te van a conceder por derecho, por ser una víctima, sino que lo tienes que pelear y conseguir tú mismo, por tu propia mano, por tu propia iniciativa.

No es sólo que esta ficción muestre un mundo en el que la justicia ordinaria (la Policía, los tribunales de justicia) no esté a la altura de las circunstancias; es que Kersey es un personaje necesario, y la saga "Death Wish" es y fue una saga con éxito porque en la realidad la ley y la justicia no funcionan bien: a menudo los malos se imponen a los buenos, y se impone un relativismo moral en el que todo vale y se diluyen los límites entre lo que está bien y mal. Muy mal.

En esta película, no vale ese relativismo: los malos son muy malos y por ello deben pagar por sus crímenes, y por ello son asesinados por Kersey, y, como espectadores, nos alegramos por ello, porque entendemos a Kersey. Todo eso compensa de algún modo al espectador por las muchas injusticias de la realidad. Por supuesto, es increíble la mala suerte de Kersey, que le persiga la tragedia de ese modo, pero sólo ese ensañamiento del destino explica y justifica sus acciones.

Por otro lado, es muy interesante la doble vida de Kersey, que, como arquitecto, posee cierto estatus económico, pues vive en una casa lujosa, tiene un buen coche y va bien vestido; y luego, en sus ratos libres, se disfraza de pobre, frecuenta los peores barrios de la ciudad y alquila un cuarto miserable. "Yo soy la justicia" es un curioso documento social a la vez que cine de acción. Ahí queda eso.

He visto la versión íntegra, con la secuencia -bastante cruda, por cierto- de la violación grupal de la criada; en España se han editado versiones censuradas de esta película. "Yo soy la justicia" no está a la altura de su predecesora, ni tampoco de su continuación, "El justiciero de la noche" (Death Wish 3, 1985), una gran película, de nuevo dirigida por Winner; pero es interesante. Al menos, para mí.
Pedro Triguero_Lizana
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