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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Daniel B:
8
Drama Una mujer y su hija de 14 años, sonámbula, en pleno despertar. Un matrimonio en los bordes de una crisis silenciada. Una familia ritualista, matriarcal y endogámica. Abuela, hermanos, primos. Un nuevo verano, sudor, alcohol, tradiciones. Cuerpos desnudos, cuerpos que cambian y las miradas sobre esos cuerpos nacientes. Un nuevo festejo de fin de año en la vieja casona histórica familiar es la encerrona para que los sonámbulos finalmente despierten. (FILMAFFINITY)  [+]
17 de diciembre de 2020
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Luego de un perturbador preludio, vemos a Luisa (Érica Rivas), su marido Emilio (Luis Zombrowski) y su hija Ana (Ornella D'Elía) llegar a la casona en el campo de la familia de Emilio para pasar las fiestas de fin de año. Los esperan allí su suegra Memé (Marilú Marini) y otros personajes a cargo de Daniel Hendler y Valeria Lois a los que se sumará más tarde Alejo (Rafael Federman).

La película de Paula Hernández está narrada sobre todo desde el punto de vista de Luisa y en parte el de Ana (parte de la tarea del espectador en los tramos iniciales será establecer los parentescos entre los personajes). A poco de integrarse el grupo familiar, las tensiones de lo no dicho empiezan a irrumpir, con choques propios del coming of age, los conflictos matrimoniales, cuestiones laborales y vocacionales, desacuerdos patrimoniales y un sutil pero claro conflicto de poderes con cierta impronta patriarcal. No menor es la injerencia de Alejo como catalizador de la nueva dinámica que se pone en movimiento. Y se trata de conflictos concretos, no difusos o vaporosos como en una novela de Henry James o en un cuanto de Silvina Ocampo.

Paula Hernández despliega un gran manejo de la puesta en escena siempre completamente funcional a los estados de ánimo de su personajes: planos secuencia, travelings, primeros planos, esfumados, fuera de campos, logrando climas de una opresión claustrofóbica cuando es necesario en una película cuya tensión no para de crecer.

Son muy buenas las actuaciones, revelando la solvencia de Hernández en la dirección de actores (hay varias escenas "corales") pero es Érica Rivas la que nos ofrece una asombrosa gama de matices con sus pequeños gestos, sus miradas, sus tonos de voz, en una Luisa que emergerá distinta de la travesía de Los sonámbulos.

Porque como en la posterior Las siamesas, son los viajes exteriores los que operan en su personajes femeninos como viajes interiores donde un horizonte de liberación aparece como posible.

Película seleccionada para representar a la Argentina en las nominaciones para los premios Oscar a mejor película de habla no inglesa.
Daniel B
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