Cuando uno empieza a ver la película se da cuenta de que lo que va a presenciar es un mero espectáculo futurista con peleas 100% coreografiadas y una estética muy cercana a lo ridículo. Hay un argumento de fondo, lógicamente, pero está muy en el fondo, debajo de capas y capas de purpurina y patadas voladoras. Y la verdad es una pena, puesto que la historia de una raza humanidad encerrada y viviendo una existencia cada vez menos humana por culpa del secreto oculto de la corporación Goodchild podría haber dado más de sí, en lugar de servir sólo como hilo conductor para un simple espectáculo de pirotecnia visual.
En definitiva, una vistosa cinta de acción con un amago de argumento profundo y unos actores que cumplen más o menos bien con lo poco que les dan. Para ver si no se tiene el día exigente.

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