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Voto de sherlock:
10
8,1
137.599
Ciencia ficción. Acción
Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
7 de noviembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza la película. Nos encontramos en un ambiente futurista, oscuro, triste, decrépito, sucio, humeante, claustrofóbico, contaminado y plagado de publicidad. La humanidad deambula fríamente por las calles, las clases altas norteamericanas se han marchado probablemente a otros planetas, proliferanan chinos, japoneses y egipcios, la urbe es cosmopolita, aparecen tribus urbanas, la policía controla todo, los coches vuelan, la publicidad es omnipresente e hipnótica, las luces de neón abundan, el poseer animales de diseño es un símbolo de distinción, la tecnología ha sido endiosada…
En cuanto a su estética, destaca su barroquismo: ambiente recargado y abundancia de detalles. Dan ganas de ir parando fotograma a fotograma para observar su riqueza visual. Se combinan hábilmente vetustos edificios con impertérritas moles modernas, y lo último en moda y diseño con las tendencias más clásicas. Todo ello, además de la música, dota a la película de intemporalidad: nunca pasará de moda, a la vez que la hace atrayente, cautivadora, inolvidable.
El amor, el miedo a la muerte, el desasosiego, la soledad, la culpa, la rebelión contra el Padre, están presentes en el film como temas esenciales para entender al ser humano. Por ello, no estamos viendo únicamente un espectáculo visual, sino algo más: una obra maestra, un hito de la ciencia-ficción con lecturas abundantes y diversas, algunas de las cuales no pueden captarse, se nos escapan. Es aquí donde radica su grandeza. Solo el constante paso del tiempo y más de un visionado podrán ofrecer nuevas claves, pero la comprensión total de esta obra es casi una quimera.
En cuanto a su estética, destaca su barroquismo: ambiente recargado y abundancia de detalles. Dan ganas de ir parando fotograma a fotograma para observar su riqueza visual. Se combinan hábilmente vetustos edificios con impertérritas moles modernas, y lo último en moda y diseño con las tendencias más clásicas. Todo ello, además de la música, dota a la película de intemporalidad: nunca pasará de moda, a la vez que la hace atrayente, cautivadora, inolvidable.
El amor, el miedo a la muerte, el desasosiego, la soledad, la culpa, la rebelión contra el Padre, están presentes en el film como temas esenciales para entender al ser humano. Por ello, no estamos viendo únicamente un espectáculo visual, sino algo más: una obra maestra, un hito de la ciencia-ficción con lecturas abundantes y diversas, algunas de las cuales no pueden captarse, se nos escapan. Es aquí donde radica su grandeza. Solo el constante paso del tiempo y más de un visionado podrán ofrecer nuevas claves, pero la comprensión total de esta obra es casi una quimera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Roy encarna el sueño del Tercer Reich: el hombre perfecto. Pero carece de sentimientos, si bien la experiencia acumulada le dota de ellos. Se le conceden, además, recuerdos. Se plantean así dos preguntas: ¿Puede el hombre revestirse de Dios y crear seres a su antojo, como en “Un mundo feliz” de A. Huxley? Y ¿Es la memoria un producto de la realidad, una interpretación de la misma, esto es, una creación humana, o algo que nos han hecho creer, como en el “Mito de la Caverna” de Platón?
La muerte acecha a los replicantes, que la temen. La vida es una cuenta atrás. Un sentimiento de angustia, desasosiego e impotencia les invade ante la imposibilidad de ser unicornios: inmortales. Cada segundo es un paso irremediable hacia el fin. Tienen fecha de caducidad. No podrán contemplar toda la belleza del mundo. Quieren vivir, sentir, amar, llorar. Por eso Roy besa a Pris y se incrusta un clavo. Piensa que la única solución pasa por encontrar a su Creador, que no puede alargar su existencia. Así que el ángel caído se rebela contra el Padre.
Deckard es un tipo frío, duro e implacable, que solo mata (“retira”, según la jerga del film) a mujeres. Paradójicamente solo una, Rachel, es capaz de ablandar su corazón, como también hace Roy. Vive una historia de amor con Rachel, una replicante. “Lástima que ella no pueda vivir, pero quién vive”, le recuerda Gaff.
La riqueza metafórica y simbólica es evidente: la paloma que asciende simboliza el alma y el unicornio alude al deseo de inmortalidad, al tiempo que sugiere que el blade runner es un replicante, pues se le habría dotado de ese recuerdo, lo que añade ambigüedad a la película, invitando a la polémica, favoreciendo su recuerdo, a la vez que hace preguntarnos: ¿acaso somos seres creados?
Blade Runner es, en definitiva, una obra imperecedera que invita a reflexionar sobre la vida y la muerte, a realizarse las preguntas que Deckard expone en un monólogo interior: “¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?...”
La muerte acecha a los replicantes, que la temen. La vida es una cuenta atrás. Un sentimiento de angustia, desasosiego e impotencia les invade ante la imposibilidad de ser unicornios: inmortales. Cada segundo es un paso irremediable hacia el fin. Tienen fecha de caducidad. No podrán contemplar toda la belleza del mundo. Quieren vivir, sentir, amar, llorar. Por eso Roy besa a Pris y se incrusta un clavo. Piensa que la única solución pasa por encontrar a su Creador, que no puede alargar su existencia. Así que el ángel caído se rebela contra el Padre.
Deckard es un tipo frío, duro e implacable, que solo mata (“retira”, según la jerga del film) a mujeres. Paradójicamente solo una, Rachel, es capaz de ablandar su corazón, como también hace Roy. Vive una historia de amor con Rachel, una replicante. “Lástima que ella no pueda vivir, pero quién vive”, le recuerda Gaff.
La riqueza metafórica y simbólica es evidente: la paloma que asciende simboliza el alma y el unicornio alude al deseo de inmortalidad, al tiempo que sugiere que el blade runner es un replicante, pues se le habría dotado de ese recuerdo, lo que añade ambigüedad a la película, invitando a la polémica, favoreciendo su recuerdo, a la vez que hace preguntarnos: ¿acaso somos seres creados?
Blade Runner es, en definitiva, una obra imperecedera que invita a reflexionar sobre la vida y la muerte, a realizarse las preguntas que Deckard expone en un monólogo interior: “¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?...”