Escribí mi primera crítica de La casa de papel después de ver la primera y segunda tenporada, la puntué con un 9 y mi crítica era todo entusiasmo y gloria, incluso llegué a decir que fue la mejor serie española de la historia.

Después de ver toda la serie, he decidido volver a escribir mi crítica y darle una nueva puntuación que haga justicia con la serie en conjunto.

Nunca antes había visto una serie del tirón, es decir, sin respirar, casi sin respirar, sin pestañear, y literalmente fue así, todo fue brillante en la primera y en parte de la segunda temporada, e incluso en la tercera, pero después todo se transformó en una croqueta española de jamón empanada en Netflix, y es que cuando algo lo toca Netflix, lo fastidia todo, no hay calidad, sino ganancias.

Mi entusiasmo se mantiene hasta la tercera temporada, pero luego estamos ante una serie sin lógica, nada creíble, caótica, desastrosa, y lo peor de todo, tediosa, una serie sin ningún guión.

Lo dicho al final, desde la cuarta temporada todo es malo y caótico, sin ninguna planificación, y eso se siente todo el rato.
El ritmo abismal se transforma en diálogos de telenovela, y la acción de atraco se trasnforma en cine de acción americana, todo fue perdiendo su esencia hasta cambiar por completo la serie.

Al final, la termino de ver por curiosidad, me gusta el final, pero sin más, la serie me daba igual y no me apetecía verla más.

¿A qué se debe este cambio?, está claro, a Netflix, buscan ganar dinero y vieron en esta serie una mina de oro y la rasparon hasta que ya no pudieron más.

Una pena que todo haya acabado así, pero así es la fábrica del cine, poco arte y mucho dinero, pero se acabó.