Woody Allen dice que para poder empezar a disfrutar de su cine uno no ha de ver Interiores o Septiembre sino que uno ha de empezar con películas como Annie Hall y la verdad que tiene mucha razón no solamente porque aquí quede reflejado claramente el estilo y visión de Allen sobre la vida y de la relaciones entre las personas sino porque es una de sus películas más llevaderas y divertidas además de ser también de las más críticas.
Sorprendente que se llevara tantos premios de la Academia ya que esta siempre premia a grandes producciones y no este tipo de cine que Allen nos muestra pero independientemente de esto Annie Hall se ha convertido en un auténtico clásico obligatorio de ver.
Narra la relación amorosa entre Woody Allen y Diane Keaton, una vez más haciendo de pareja en el cine y que sin duda ha sido en mi opinión la mejor musa que Allen haya tenido, han sido una pareja fabulosa en el cine y así resultó esta película, dos personajes cínicos y llenos de manías, una pareja inolvidable.
Allen nos muestra la relación entre ellos dos a lo largo de todo un año de cómo se conocieron y de cómo evolucionaba la relación entre ellos además de mostrarnos la perfecta psicología de cada uno, tal como dice Allen en su película Desmontando a Harry: “en la vida soy un desastre pero lo único que se hacer en el arte es poder manipular a mis personajes” y eso es lo que consigue perfectamente, nos muestra unos retratos perfectos de dos personajes que son también el resultado de esa vida de New York, entorno al que tanto le gusta enmarcar a sus personajes y que tanto ama Allen.

Llena de momentos inolvidables y de frases sarcásticas Allen no solamente nos habla de sus personajes sino analiza esos puntos problemáticos que siempre se dan en toda relación de pareja, las relaciones sexuales, las diferentes aspiraciones profesionales, metas, gustos…un complejo sin fin que Allen sabe mostrar con ingenio y buen ritmo.
Una película innovadora en muchos aspectos ya que Allen siempre se ha caracterizado de ser un artista, es decir inconformista y buscador dentro del mundo del cine, en Annie Hall los personajes hablan directamente al espectador, un toque ingenioso de Allen.

Analiza no solo la vida entre ambos sino las pasadas relaciones amorosas de ellos haciendo homenaje una vez más a Fresas Salvajes y como los personajes presentes se sitúan en las escenas del pasado observándolas directamente, llega a la conclusión como las personas somos el resultado de una serie de hechos y vivencias que se van acumulando a lo largo de nuestra vida por eso Woody Allen se analiza a sí mismo desde su infancia para poder saber como es ese personaje que nos cuenta la historia.

Annie Hall se ha convertido en una película de culto y en mi caso en una película que sabe levantarme el ánimo en esos días de bajón como otras tantas películas de él, simplemente un cine inteligente.