Es curioso que mientras nos bombardean con productos venidos del otro lado del Atlántico en el que os cuentan las delicias de sus deportes más populares, como el beisbol, el "fútbol americano", el baloncesto, en Europa se pueden contar con los dedos de la mano producciones basadas en el deporte rey por estos lares: el fútbol. Quizás la más emblemática fuera "Evasión o victoria" producida por Hollywood. El realizador británico Barry Skolnich se atrevió a recoger el guante, aunque tampoco sería muy correcto afirmarlo así, puesto que en realidad se trata de un remake de un film de los 70 protagonizado por Burt Reynolds y que aquí conocimos como "Los rompehuesos".

En esta ocasión, el protagonista es Danny Meehan (interpretado por el ex-futbolista Vinnie Jones), antiguo capitan de la selección inglesa, venido a menos desde que aceptó amañar un partido, y en plena espiral autodestructiva que le lleva a la carcel por conducir borracho y agredir a un policía.

El film sigue un patrón clásico que va desde el momento en que Meehan toca fondo, despreciados por todos, hasta que se va ganando a los presos grácias a la organización de un partido entre presos y celadores. Si esto ya nos podía parecer absurdo en el 74, no digamos ya en pleno siglo XXI. Pero en el fondo eso no es nada. El partido en sí en una excusa argumental como cualquier otra para dar rienda suelta a diversos chascarrillos en la que la sombra de Jason Stacham acaba superando a un Vinnie Jones con buena planta de futbolista pero pocas dotes de actor.

No es precisamente un film que deba ser recordado por las excelentes imágenes futbolísticas precisamente, su argumento es enormemente predecible y la mayor parte de las gracias son de dudoso gusto. Sin embargo es de esas películas que sin tener muy claro el motivo, te acaba enganchando, quizás por el gamberrismo que demuestra, lo poco en serio que se toma a sí mismo, o el tono claramente desenfadado que planea a lo largo del film.