Western dirigido por el eficiente Anthony Mann, el film nos relata las peripecias de Link Jones (Gary Cooper), que vive en una pequeña población, con su esposa y sus dos hijos, viaja en tren con el propósito de contratar a una maestra para el pueblo, llevando consigo el dinero recaudado por sus vecinos. Sin embargo, el tren es asaltado por la banda de Dock Tobin (excelente como siempre Lee J. Cobb), que motiva que Link, junto a Sam (un jugador interpretado por Arthur O'Connell) y Billie (una cantante de salón interpretada por Julie London), se vean obligados a seguir el viaje a pie, llegando, accidentalmente hasta el mismísimo refugio de Tobin y sus hombres.

Este hecho, destapará asuntos que el protagonista quería mantener enterrados para siempre. De hecho el film funciona a través la omisión, es decir, de hechos del pasado que conocen algunos personajes y que poco a poco van saliendo a luz (y al espectador). Todo ello narrado a un buen ritmo y siguiendo las convenciones habituales del género del western, del que Mann era uno de los grandes exponentes. Excelentes interpretaciones (al siempre convincente Gary Cooper le da la réplica el excelente secundario Lee J. Cobb) , unido a un excelente guión que nos va dando poco a poco las claves para entender las relaciones entre los protagonistas principales (adornados con excelentes juego de miradas que anticipan lo que vendrá despúes), con lo que consigue mantener el interés del espectador

Con todo ello, Mann nos ofrece un excelente western en el que la principal acción se concentra básicamente al final de la película y hasta llegar a ella mantiene el interés grácias a ciertos secretos que guardan los protagonistas.