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Voto de Sibila de Delfos:
6
Ciencia ficción. Acción. Drama Neo vive una vida normal y corriente en San Francisco mientras su terapeuta le prescribe pastillas azules. Hasta que Morfeo le ofrece la pastilla roja y vuelve a abrir su mente al mundo de Matrix. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2021
43 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1999, Matrix lo cambió todo.
Nadie contaba con ella. Aquel año, se estrenaban películas como La amenaza fantasma, Sleepy Hollow, El sexto sentido o American Beauty (vaya cosecha, la de aquel año...), y en medio de todo apareció una película de acción que vino a redefinir las reglas del juego.
22 años y dos secuelas después, la sensación que deja Matrix Resurrections es la misma que ha dejado entrever Lana Wachowski en las entrevistas. Ella quería volver a esta historia y a estos personajes porque significan mucho para ella. Pero ya. No sabemos si alguien más esperaba y deseaba otra secuela de Matrix en sus vidas, por decepcionante que fuera Revolutions (una película aceptable que no dio apenas respuestas a todo lo planteado en Reloaded), pero lo que se intuye en Resurrections es que esto ha sido sencillamente un capricho de Lana, porque ella quería volver a este mundo y con estos personajes. Ella es la Elegida, la única que de verdad necesitaba esta película.
Y ese es el problema de Resurrections. No es ni un "fan service", ni tampoco una película para neófitos. Dispara en muchas direcciones y se queda a medio de todo.
Vamos con lo positivo. Hay que reconocer que Wachowski (esta vez sin su hermana, Lilly, co-creadora original de este universo junto con Lana) ha hecho un enorme esfuerzo por no repetirse y no dar lo mismo de siempre. De hecho, es un logro mayúsculo, teniendo en cuenta que los trailers apuntaban a todo lo contrario y a una especie de remake no declarado de la primera parte. Pero no. Esto no es Matrix, ni tampoco Reloaded ni Revolutions. De hecho, no es el Matrix que todos recordamos. Si alguien va buscando la profundidad metafísica, psicológica y filosófica de la trilogía original, que se olvide porque no lo va a encontrar. Esta es una Matrix mucho más divertida y humorística, mucho menos seria (o nada seria, de hecho) y sobre todo mucho más sarcástica. Escenas como las iniciales, que nos describen el trabajo actual de Thomas Anderson y la creación de un nuevo videojuego de su saga, están pensadas de hecho para reírse precisamente de lo que los fans y la industria esperan, y es de admirar el sentido del humor, la autoparodia y los dardos ácidos que ha puesto ahí la directora. Una directora, además, que vuelve a demostrar que de acción sabe un rato, y que maneja perfectamente la cámara en una producción de este calibre y este tamaño. Hay detalles excelentes también en el diseño del nuevo mundo, como la ciudad IO, el personaje de Jessica Henwick (el mejor de los nuevos, sin duda) y especialmente la decisión de poner el foco una vez más en la relación entre Neo y Trinity, que va mucho más allá de un simple amor de pareja, y que nos da los momentos más espectaculares y emotivos de la función (ver la escena en la azotea), gracias en parte al carisma y la química entre Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss.
Sin embargo, que la película haya querido distanciarse tanto, pero tantísimo, del material original da como resultado una cinta extraña, como decíamos, que a ratos no sabe muy bien adónde apuntar, y que destroza además al personaje de Niobe (qué rabia en lo que ha quedado, con lo buen personaje que era en la trilogía original) y un poco también a Morfeo, aunque la cosa tiene su truco, y no es una mala idea en absoluto. Impresionante también, y no precisamente para bien, lo que se ha hecho con Merovingio (un simple cameo absurdo) o incluso con Smith, que pese a los esfuerzos de Jonathan Groff no causa el mismo impacto que el Smith de Hugo Weaving. Además, la acción no llama tanto la atención como entonces (de hecho, es bastante inferior a todo lo que vimos en su día, aunque sí entretiene muchísimo, todo sea dicho) y en general hay una sensación de dejà vu (concepto maestro donde los haya en la saga) que no ayuda para nada a que Resurrections se vaya a convertir en una película memorable. Muy al contrario, es de sospechar que será olvidada muy pronto.
Porque Lana Wachowski es la única que de verdad quería esta película, y por tanto la única espectadora ideal para la misma. Los que entren en el juego la disfrutarán, y tiene suficientes elementos interesantes como para no lamentar el visionado, pero esto no es el Matrix que queremos y merecemos. Nuestro Matrix ya llegó hace 22 años.

Lo mejor: El foco en la relación entre Neo y Trinity, la desvergüenza con que Wachowski ha planteado esta película y su interés por no repetirse (pese a las apariencias), el diseño del personaje de Jessica Henwick y los efectos visuales.
Lo peor: Nada sorprende, la acción no es mejor que en las cintas previas y lo que se hace con los personajes de Morfeo y sobre todo Niobe es criminal. Y, especialmente, es una película que nadie necesitaba.
Sibila de Delfos
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