Por mucho que el libro original venga firmado por Stephen King y su hijo Joe Hill, En la hierba alta no da demasiado miedo, que es lo que se esperaba de ella.
Sí es malsana, ojo, transmite mucho mal rollo y tiene escenas bastante estomagantes que nos hacen pensar en, por ejemplo, los planos más insoportables de la ¡madre! de Aronofsky (atención al detalle de lo que come Becky en un momento determinado). Los actores, además, hacen un buen trabajo, especialmente Harrison Gilbertson, que tiene el personaje más agradecido y con el que más se identifica el espectador, y una estupenda Laysa De Oliveira. Sin embargo, no esperen una obra maestra del terror porque no la van a encontrar, y sinceramente tampoco le veo tanto mérito a la puesta en escena de Vincenzo Natali como se ha dicho.
Pasable pero demasiado autocomplaciente y poco tensa. Es más interesante lo que hay detrás que su desarrollo. Podría haber dado para más.