Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sibila de Delfos:
8
6,4
21.559
Animación. Aventuras. Drama. Musical Tras el asesinato de su padre, un joven león abandona su reino para descubrir el auténtico significado de la responsabilidad y de la valentía. Remake de "El Rey León", dirigido y producido por Jon Favreau, responsable de la puesta al día, con el mismo formato, de "El libro de la selva" (2016). (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2019
22 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los live action de clásicos animados de Disney están de moda, son un extraordinario éxito comercial (por eso se hacen, no hay que ser un genio para imaginarlo) y pueden gustar o no. De hecho, por desgracia hay buenas razones para desconfiar. Después de un excelente inicio con la encantadora Cenicienta de Kenneth Branagh y con aquel Libro de la selva en manos de Jon Favreau, La Bella y la Bestia supuso una enorme decepción, al carecer completamente del alma, la emotividad y la magia de la original de 1991 (recordemos, una producción que compitió por el Oscar a Mejor Película contra El silencio de los corderos, Bugsy, JFK y El príncipe de las mareas). Este año, Aladdín y Dumbo también han dejado sensaciones encontradas, aunque en el caso de la cinta dedicada al elefante de grandes orejas la reacción adversa es algo injusta.
Así pues, había grandes dudas y muy altas expectativas respecto a este nuevo Rey León, y si hay algo que está claro después de verla es lo siguiente: los live action han llegado para quedarse, y al que no le guste y prefiera los clásicos animados de toda la vida, que no mire.
Muchas cosas se están diciendo sobre este El Rey León, y muchas injustas, la verdad. La crítica ha sido bastante adversa, y la única razón que se intuye detrás de esa reacción es que hay quienes no perdonan que esta versión no sea la de 1994 y que Favreau y su equipo (¡bajo la bandera de la misma Disney, para más señas!) hayan tenido el atrevimiento de tocar una de las mejores y más queridas películas de toda la historia del cine. Y no todo es perfecto, por supuesto. De hecho, hay suficientes cosas que impiden que la película alcance el sobresaliente.
Hay escenas mal acabadas, o concluidas con prisa, como la de presentación de las hienas en el cementerio de elefantes, lo que da al traste con el buen trabajo que se estaba realizando hasta entonces para reflejar el peligro, lo siniestro y el miedo que inspiran semejantes animales (algo parecido le pasaba a Favreau en El libro de la selva, donde la secuencia de los monos, increíblemente tensa y hasta cierto punto malsana, se venía abajo en el momento en que empezaba la canción). Rafiki queda también algo descolgado del conjunto, hasta el punto de que no se llega a decir su nombre, y faltan palabras y enseñanzas en su encuentro con Simba. La canción "Preparáos" es una sombra de lo que era en la película de 1994 (en contraste con lo bien resulta que está, porejemplo, "Yo voy a ser rey león"). Y por supuesto, ahí está la animación, de la que luego hablaremos muy bien, pero que es incapaz de dotar de vida al rostro de algunos personajes. Especialmente sangrante es el caso del Simba cachorro, que no mueve un músculo de la cara ni en el momento más famoso de la cinta, donde su destino queda marcado para siempre. Un clamoroso fallo que debería haber sido corregido, sobre todo viendo la expresividad que sí se ha conseguido en personajes como Scar, Shenzi o la propia Nala.
Sin embargo, sería de muy ciegos no alabar las virtudes que tiene la cinta, porque las tiene y muchas. Es verdad que, en algunos momentos míticos, como la secuencia inicial, se ha copiado plano a plano el clásico animado, pero es una decisión basada en lo sentimental. De hecho, esa es la mayor virtud de la película: rezuma cariño, admiración y respeto por su hermana mayor. Sin embargo, no se contenta con seguir su estela, sino que se permite innovar en algunos diálogos que han sido modificados e incluso supera a su predecesora en algunas explicaciones y desarrollo de tramas, como la relación entre Scar y las hienas (no hay servilismo aquí no miedo de las segundas al primero, sino que se trata de una relación de conveniencia para ambos) y el problema que causa este con la comida cuando asume el poder.
Otro asunto donde triunfa la película, pese a que se ha dicho lo contrario, es el humor. No sólo sigue siendo muy divertida y Timón y Pumba dominan completamente en este campo, sino que además introduce nuevos personajes hilarantes (los otros animales de la selva donde vive la entrañable pareja cómica) y resuelve de forma extraordinaria momentos peliagudos, como la réplica del celebrado chiste del cebo vivo (un homenaje precioso, además, a otro clásico de Disney... y hasta ahí podemos leer). Y qué decir de cómo suena la música de Hans Zimmer, una vez más, siempre secundado por sus fieles Lebo M, Jay Rifkin y Mark Mancina, o de la animación. Aunque su calidad juega en su contra en algunos momentos (mencionados previamente), es imposible no rendirse ante a belleza de museo de cada plano y el apabullante realismo que se pone ante nuestros ojos. Entre los actores, hay que destacar sin duda el trabajo vocal de todos ellos, especialmente un extraordinario Chiwetel Ejiofor, sin olvidar a Donald Glover, Seth Rogen, Billy Eichner o incluso Beyoncé Knowles (cuya canción, por cierto, es un poco pegote, como si sólo estuviera ahí porque ella es una diva mundial y tiene que contribuir sí o sí con nueva música a la banda sonora).
En definitiva, una experiencia extraordinaria, no perfecta, pero sí una carta de amor a un clásico atemporal y una obra maestra. Larga vida al rey.

Lo mejor: Su abrumadora belleza, su humor y su indisimulado homenaje respetuoso a la película animada.
Lo peor: Hay escenas acabadas con prisa o desaprovechadas, y la cara de Simba es bastante inexpresiva.
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow