Marea roja es, quizás, el culmen del "cine de submarinos", o el moderno, se entiende (dejemos de lado clásicos como Das Boot o El acorazado Potemkin). Después ha habido otros intentos, pero no se ha logrado alcanzar el nivel del clásico filme de Tony Scott.
Hunter Killer, de Donovan Marsh, es la más reciente entrega de este peculiar tipo de thrillers de acción, y la verdad es que no es gran cosa. Entretiene, que no es poco, y por eso se lleva el 5, pero desaprovecha muchas situaciones y también la presencia de Gary Oldman, que apenas aparece, por mucho que su imagen presida el poster junto a la de Gerard Butler. El guión no es nada del otro mundo, los personajes no están demasiado bien desarrollados, y la trama la hemos visto mil veces (¿no está ya un poco pasado lo de los presidentes de Rusia?).
Sería estupendo, eso sí, comprender qué pasó en la carrera de Gerard Butler más o menos a partir de 2008, cuando hizo Rock 'n Rolla con Guy Ritchie, y por qué pasó de ser alguien que podía y tenía talento para lo que quisiera (como demostró en El Fantasma de la Ópera) a quedar reducido casi exclusivamente a héroe de acciçón en plan The Rock. Apenas ha hecho otra cosa de diez años atrás hasta ahora, y es triste, porque este tipo de papeles le darán mucho dinero, pero no dejan ver al Gerard Butler actor que hay detrás de los músculos.