Harry Brown es Michael Caine. El oscarizado intérprete de Las normas de la casa de la sidra se pone el traje de vigilante nocturno y vengador y acomete una venganza de esas que quedan en los libros.
Hay algo atrayente, sin duda, en estas historias de veteranos/ancianos repartiendo estopa al submundo criminal. Y pocos submundos criminales como el británico, tan bien retratado por directores como Guy Ritchie, Matthew Vaughn o incluso Danny Boyle. Caine brilla con su carisma y talento en una película que funciona bastante bien para ser lo que es. Está bien rodada por Daniel Barber y, aunque su argumento y sus personajes secundarios no son nada del otro mundo, se les saca partido y la experiencia en general resulta de lo más entretenida y satisfactoria. Dentro de sus parámetros, como decimos.
Correcta.