Película que inaugura el encantador FANT (Festival de Cine Fantástico de Bilbao 2020", y que no ha sido un mal punto de partida.
Y es que se trata de una irregular pero agradecida mezcla de ciencia ficción y comedia, amable, tierna y cariñosa en medio de litros de sangre y vísceras en su jugo.
Steven Kostanski, el realizador y guionista, no se toma nada en serio ni deja títere con cabeza (a veces en sentido literal) para narrarnos una historia extravagante, electrizante, sin complejos ni frenos en cuanto a la exposición de la violencia más descarnada, eso sí, dentro de un contexto de continuo cachondeo.
Es la clásica cinta donde, si logras entrar desde el principio disfrutas como un niño y si no pues te puede resultar una chorrada de campeonato. Y de todo hay, pero creo que es bastante entretenida e interesante en el sentido de que te preguntas qué es lo que verás y oirás a continuación y lo cierto es que te va sorprendiendo a cada paso. Repito, con mucho humor y sin respetar ni al género humano ni a la religión ni a nada de nada.
En mi opinión pasas el rato de forma divertida si se ve sin complejos, claro.
¡Ah! Y destacar la interpretación de la niña Nita-Josée Hanna, soberbia en su papel.

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