En apariencia sencillo film de genuino género de anticipación, no en vano, todo lo que vemos muy bien podría suceder en un futuro no demasiado lejano (por el camino que llevamos...).
Es tierna, delicada y emotiva, sin ser sensiblera, gracias a Dios, o mejor dicho gracias a Craig Luck e Ivor Powell, sus dos guionistas, que logran crear un argumento humanista, duro, áspero en el fondo, pero con la esperanza en lontananza.
Tiene buenas ideas, que evocan y transmiten un amor y cariño hacia el ser humano y todas las criaturas que pueblan la Tierra (en este caso, poblaban).
Un mensaje claro de que hay que cuidar nuestro planeta pues tendemos a un futuro devastador donde el egoísmo y la cruenta lucha por la supervivencia serán la norma.
Con cuatro personajes, un ser humano, dos robots y un perro, Miguel Sapochnik nos lleva a un mundo desolador pero donde la confianza y la ilusión por conseguir un mundo mejor están siempre presentes.
Muy bien Tom Hanks, con un personaje que recrea como en él es habitual, lleno de afecto, delicado pero decidido y con un a veces socarrón e irónico sentido del humor.
Tan sólo un pero, su larga duración, pues en una historia con pocos personajes y situaciones se podría haber aligerado un tanto.
Pero merece la pena.

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