La primera vez que la vi, el proyeccionista metió la pata y vi la parte final a mitad del metraje. Y aun así me gustó. Luego la he visto en televisión como Dios manda, y he disfrutado como una enana.

El señor Stevens y la señorita Kenton son el mayordomo y el ama de llaves de una mansión británica, en los años treinta. Su relación personal y profesional, siempre de tira y afloja, me parece muy interesante y está muy bien interpretada por Anthony Hopkins y Emma Thompson. Entre la sucesión de buenas escenas destaco dos:

Cuando el ama de llaves se empeña en descubrir qué libro está leyendo el mayordomo. No hay desnudos, no hay actitud ni lenguaje sexual, pero es la mejor escena erótica que he visto en mi vida.

Cuando el ama de llaves reconoce que no ha sido capaz, por cobardía, de cumplir su amenaza de despedirse si echaban a las criadas judías. Qué momento más bonito y humano.