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España España · Málaga
Voto de JGC:
7
Thriller. Drama El dueño de una peluquería canina a las afueras de Roma se deja influenciar por un delincuente local hasta que su vida personal se complica y decide tomar las riendas de la situación. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volvió Matteo Garrone con esta visceral película. Es una de esas películas que tiene un hilo central claro y marcado. Seguimos al protagonista desde el primer momento hasta el último. Narración estructurada por inicio, desarrollo y final clásica. Con su árido climax y arco dramático del personaje principal.

El protagonista de la trama es un peluquero de perros en las afueras de Roma. Nos presentan a Marcello como una persona educada, que se lleva bien con los de su barrio, juega al futbol con ellos. Ama a los perros. Se mete cocaína esporádicamente. Está divorciado pero se lleva bien con su mujer. Ayuda, más de la cuenta, a su amigo kinki, Simone. Marcello es una incognita durante toda la película, tras su sonrisa tímida yace un humano con sus impulsos, deseos y miedos. Todos llevamos dentro a una bestia, solo hay que ser ayudado por las circunstancias a sacarla.

Las personas se comportan como perros: gritan, pegan, se enfadan, dan golpes al mobiliario, alguno se queda encerrado en una jaula para perros, etc. Los perros salen como seres de otra clase superior: son acicalados, son bañados a lo emperadores romanos, se comen la comida del dueño, etc. El juego de roles está más que claro para Garrone, nosotros somos unos perros porque hacemos perrerías.

La localización tiene lugar en algún extraradio de Roma. Los panoramas de bloques de edificios cochambrosos frente los actores es marca del director. Es por ello que entre esta película y Gomorra haya cierta conexión. Cuentan historias que podrían estar pasando al mismo tiempo. La cocaína se consume en Dogman, ¿de dónde la sacan?.

La estética del barrio está tan genialmente cuidada para el marco de la cámara como dejada de la mano de Dios. Espléndida ver la tienda de Marcello desde el exterior en una noche. Da miedo verla tan iluminada. La elección de colores ocres y apagados del barrio refuerza el mensaje de desgaste frente a ese ser tan bondadoso como humano. Tan canino.

En la vida hay perros grandes y perros chicos. Los grandes dominan a los pequeños por el uso de la fuerza. Los chicos, en cambio, necesitan usar la inteligencia para poder vencer. Marcello es de los pequeños, Simone de los grandes.

https://serycine.wordpress.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JGC
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