Fuga de Alcatraz sí es una gran película, ya lo creo.
Y cada vez la aprecio más. No sólo por lo que ha supuesto en el género y su influencia en muchas de las que vinieron después, " Cadena perpetua" sin ir más lejos, que " homenajea" o " copia" muchísimo a esta, sino, precisamente, por lo que las diferencia de ellas y que el Hollywood posterior no ha vuelto a retomar. Esa ausencia de subrayado dramático y posicionamiento con respecto a los personajes, que hace que el espectador se centre en los aspectos puramente rutinarios de la vida en prisión, en descripción minuciosa, más informativa que emocional.
En este sentido esta cinta está más cerca de sus precedentes europeas en el género, que de una producción hollywoodiense.
- " ¿ Cuando es tu cumpleaños", le pregunta un compañero a Clint.
- " No lo sé", responde este.
- " ! Caray!. ¿ Qué clase de infancia tuviste?
- " Corta", responde escuetamente.
Y es que, apenas sabemos nada de Morris ni de su vida. Qué ha hecho o por qué está ahí. Si es culpable o inocente. si tiene sueños o aficiones, si tiene miedo o si le gustan los negros o no.
Sólo sabemos que ha caído en la roca y que Siegel quiere que le acompañemos.
El día a día de los presos, en las celdas, en el comedor, en los talleres de trabajo, en el patio, en las duchas, en las celdas de castigo...Y su relación con sus compañeros, que será la única información que nos hará comprender un poco quién es Morris y cómo afronta la situación y nos de pistas revelando su carácter.
- " Sé cómo salir de aquí". Otra escueta frase que marca un punto de inflexión. Morris ha encontrado la manera de fugarse y se le unirán tres compañeros. A partir de ahí, otra descripción minuciosa. La preparación del plan de huida, paso a paso y con rigor, sin dejar un sólo detalle suelto.
Para que todo esto funcione y absorba de tal manera al espectador es necesario un manejo de la narrativa prodigioso. No tiene un sólo segundo o fotograma inútil. Esta película funciona con matemática precisión y por eso el espectador estará hipnotizado de principio a fin. Todo es sobrio y austero. La música apenas la oímos y Siegel no se permite, apenas, excepto en un par de momentos muy intensos, ninguna concesión al drama. Y sin embargo, ! cómo comprendemos a los personajes!. A todos y cada uno de ellos. Cada uno sobrevive como puede para no volverse loco. Morris, se larga.
El alcaide va a soñar con los crisantemos. Sabe que no ha conseguido ahogarlos.