Original película de Guillermo del Toro, que nos ofrece un cuento con elementos fantásticos de la mitología, mezclados con esa parte seca, áspera y cruel que fue la posguerra española.
Nos ofrecen la historia de una niña que llega a un pueblo donde su padrastro ejerce como capitán de los falangistas, entonces en lucha con los rojos que se habían echado al monte, después de perder la guerra civil.
La niña, gran lectora de cuentos de hadas, se evade de esa situación dura y terrible, gracias al poder de su imaginación y allí encuentra un hada que le conducirá a un mundo donde le espera una sorpresa. Ella es, en realidad, una princesa y deberá superar unas pruebas para recuperar su lugar.
La película tiene dos partes diferenciadas. Por un lado, el mundo fantástico magistralmente recreado, en el que aparecen esos seres fantásticos y que, el espectador gozará y por otro el mundo real, en el que nos presentan a los fascistas tomando posesión de su recién ganada guerra y sometiendo al pueblo.
La primera parte funciona muy bien, es divertida y bien recreada pero, la segunda parte no es más que los mismos tópicos, tantas veces utilizados en el cine español, de fascistas psicópatas, rojos que luchan en la clandestinidad muy buenos y valientes y pueblo oprimido.
Yo creo que es la mezcla de dos géneros tan dispares, lo que ha sorprendido tan gratamente al personal y a mí me recordó, aunque muy lejanamente y salvando las distancias a la extraordinaria película la noche del cazador de Charles Laugthon, que también mezclaba dos géneros dispares como eran el western y los cuentos de hadas con ogro.
De todas formas, me hubiera gustado que esos dos géneros, se hubieran interconectado más entre sí, ya que nos lo muestran de forma totalmente separada. El mundo que vive la niña por un lado y la situación de posguerra por otro.
Aún así es una película muy interesante y la recomiendo.