Lo de Pixar es asombroso. Lo que toca es éxito seguro. Tiene una fórmula mágica para crear personajes inolvidables, para trazar historias de estructura clásica que conmueven y enganchan, y sus películas siempre tienen una factura visual impecable. Esta vez nos cuentan la historia de un robot encargado de limpiar la basura de un planeta Tierra devastado. La historia de Wall-E.
Sin duda, el prodigio de esta película es mantener el interés del espectador durante más de media hora larga con un robot que no dice ni palabra y que tiene como "amiga" a una cucaracha. Puro cine mudo, y sin embargo el público del siglo XXI no puede despegarse de la pantalla. El comienzo de esta película es sin duda hermosísimo. Después hay que darle argumento a la historia y comienza la acción al más puro estilo Pixar, y es ahí donde se pierde un poco la magia del principio. La historia se vuelve un poco confusa en algunos momentos, pero el ritmo no decae nunca y el interés por las peripecias de Wall-E se mantiene.
Debo reconocer que Wall-E es otro éxito rotundo de Pixar, pero no he conectado con ella como con otras (especialmente Up). Me parece una grandísima película, arriesgada por su planteamiento inicial y más previsible en su posterior desarrollo. Por lo demás, es puro Pixar, es decir, puro placer para los sentidos.