Antes del atardecer sabe recuperar el encanto de su predecesora, sobre todo porque sus dos actores siguen manteniendo la química y saben darle continuidad a sus personajes respecto de la primera parte, como si de verdad todo lo que cuentan en la película que han vivido durante los nueve años sin verse lo hubieran vivido ellos mismos.
Ahora los temas son otros, las preocupaciones han variado. Se muestran más relajados, dejan que la broma aderece a la filosofía. Como es natural, la situación es distinta, y tal vez por eso a la película le cuesta más transmitir sentimientos. Ya no dos jóvenes perdidos en la vida, sino que han vivido, la vida les ha marcado, su actitud es distinta. Ese desamparo ante la vida se palpaba en la primera, y hacía a los personajes muy atractivos. Ahora los percibimos de otra manera, y no digo que eso sea erróneo, pues es la evolución normal de los personajes. Y si no se hubiera producido esa evolución, ese cambio vital, la película no tendría sentido ni valor.
Que conste que me ha gustado mucho esta película, con dos personajes que me han vuelto a encantar (Francia no sería lo mismo sin Julie Delpy), y con momentos de verdadera emotividad. Pero es que la primera era especial. A pesar de ello, esta segunda parte es magnífica, y no desmejora a la primera para nada. Muy recomendable.