La ópera prima de Blomkamp, joven director neozelandés más conocido hasta ahora por sus originales spots automovilísticos y su participación como técnico en efectos especiales en varias series de prestigio, se me ha antojado como un experimento de difícil catalogación... ¿una metáfora del apparheit? ¿del nazismo acaso? ¿de la liberación del ghetto de Varsovia, o de la metamorfosis de Kafka acaso?

Me ha parecido curiosa y poco más, disfrutable a ratos pero tan inverosímil como para no ser tomada en serio, pese al curioso y de moda estilo documental que ya parece haber calado y que recuerda a otras producciones como la también curiosa a la par que inverosímil "Cloverfield".

Sin duda, destaco las escenas del transformer encabronado y las armas alienígenas, que son las mejores aportaciones de estos alienígenas insectoides y marranotos. Sobre el resto, incluído el argumento, que no es que sea nada del otro jueves, poca cosa más se puede añadir.