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España España · Algeciras
Voto de Francis Mena:
6
Drama Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
20 de septiembre de 2011
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Los sentimientos, los mensajes, se pueden expresar de infinitas maneras. Se puede, por ejemplo, expresar amor simplemente diciendo "te amo", pero eso es demasiado simple y, a menudo, poco fiable. Cuando una persona es capaz de transmitir lo mismo con la profundidad de una expresión artística el mensaje parece cobrar valor, le da un baño de verdad ante el que, a pesar de que puede encerrar una farsa, sólo cabe rendirse.

La poesía es posiblemente el canal más perfecto creado por el Hombre para transmitir sentimientos. Terrence Malick, en 'El árbol de la vida', hace cine en verso, poesía con imágenes y como poema cinematográfico es abstolutamente bello, único. Como cine sin más, totalmente prescindible.

Esa especie de prólogo en el que relata con acento kubrickiano la historia del Universo es desconcertante, con imágenes que inquieren cada una de ellas en la perfección pero que expuestas bajo el mismo epígrafe resultan asonantes. Luego la película nos lleva a lo concreto, al niño que descubre la dualidad de la vida, a esa cara oculta de la amabilidad que representa la madre y esa real dureza que va de la mano del padre. Es aquí donde reside el núcleo del mensaje y de la película pero resulta más volátil incluso que su propia atmósfera. Y más cuando lo remata con un epílogo, más que abierto, que abre lo todo lo anterior dejando asomar un Malick que demuestra sus aires de grandeza aún a costa de un material que extraña y extraordinariamente parecía convencer.

Al fin y al cabo, como la poesía que es o como un cuadro abstracto, también tiene algo, mucho, de farsa, de juego con los sentimientos del otro, que gusta o no, que se entiende o se cree entener o no dependiendo más del receptor que del emisor. Malick acierta como poeta y desconcierta como cineasta.
Francis Mena
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