No todas las películas independientes son buenas como las de Hollywood malas, y ésta es una prueba de ello. Fascinante y muy emocional; además de detalles ya nombrados como la niña de rojo, el que haya sido en blanco y negro, algunos cambios de luz en algunas escenas (muy dicientes en el momento), y qué decir de las actuaciones... impecables! Este es un ejemplo perfecto de que en el cine no importa la historia que se tiene para contar sino la forma como es contada; y ya hemos visto muchas historias (o temáticas) muy buenas pero pésimamente mostradas. Lástima que tantas personas no ven más allá y siempre encasillan el trabajo de ciertos directores sólo porque son "comerciales", cuando las películas buenas o malas no siempre dependen de si son hechas en Hollywood o no. Realmente hay que ser muy buen observador y ver y entender más allá de lo que nos muestra la pantalla.