El personaje de Martina, más desnuda que vestida, más follando que otras labores y luego para ser la hija de unos trabajadores que, simplemente, tienen su pensión. Se desarrolla bien en romanticismo literario que el de ser una gran señora en su segundo matrimonio. En una palabra un papel de ficción no existe tanta capacidad de adaptación a cualquier circunstancia sin pasar por un 'Pigmalion', no recibe ningún tipo de aprendizaje para ser una gran señora cuando es rica y ser tan profunda en la comprensión de personajes literarios de la antigua Grecia como experta en mitología.
Decepcionado como me suele ocurrir con las películas de este directo que siempre se orientan en el mismo sentido y que conste que no lo digo en plan tiquismiquis me encanta el erotismo pero no disfrazado de cultura.