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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Adrián Klas:
5
Comedia. Drama Provincia de Buenos Aires, fines del 2001. Un grupo de amigos y vecinos pierde el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren que sus ahorros se perdieron por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país. Al enterarse de lo sucedido, este grupo de vecinos decide organizarse y ... [+]
4 de febrero de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para comprender la génesis pìcaresca de La Odisea de los Giles, hay que remontarse a la historia del cine argentino; desde personajes como Tito Lusiardo a Luis Sandrini, Jorge Luz, José Marrone, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, etc. etc. Todos ellos subyacen en el espíritu de una trama absurda, por momentos divertida y absolutamente amoral, como lo es crear empatía artística a partir de la milenaria premisa de que "el que le roba a un ladrón, tiene 100 años de perdón". O la no menos cuestionable formulación de que "el fin justifica los medios", esencia de nuestra errática idiosincrasia argentina, que tanto daño le ha hecho a este país y a este pueblo... El tema que se retoma, es el mismo de "Nueve Reinas" (Bielinsky) -la crisis semi terminal sufrida por el país en 2001, con 5 presidentes en dos semanas, devaluación del 400%, default público y privado, etc.- un gran film que, de haber terminado al momento de encontrarse el pueblo ante los bancos cerrados, hubiera sido uno de los grandes hitos de denuncia social de la historia cinematográfica argentina. Pero -salvando las distancias- al menos hasta ahora Borensztein (heredero del célebre apellido de su padre, Tato Bores, genio del espectáculo y humor político), no es Campanella... Su obra es buena -con altibajos-, sin alcanzar alturas mayores...

Hay en la película un error de caracterización sociológico inocultable: el proceder de los personajes remite más al modo de ser urbano -de ciudades argentinas de envergadura- que al rural -de campo, o pueblos-. Todos los personajes tienen tonada citadina, siendo que en el interior del país predominan los diferentes acentos regionales. Así y todo, el reparto se desempeña correctamente -con excepción del Chino Darín, muy pòco "plástico"-, siendo habitual que nuestras actrices sean dramáticamente mejores que nuestros actores. La trama es tan esquemática y previsible como llevadera; aunque no me agradó el esporádico uso del "recitativo" -relator en off-; un recurso antiguo que con mayor maestría debería haber sido representado mediante escenas dramáticas. Quizás sea meritorio el uso de un estilo popular, con un nivel de lenguaje afín, aunque la filiación política de los principales protagonistas -y el director- esté del lado "antiperonista" de la penosa grieta que lacera el destino de esta nación. De hecho, el uso de una bóveda subterránea, no es más que una referencia simbólica -o más que simbólica- a ejemplos recientes y vigentes de corrupción pública y privada. Tampoco me satisfizo la mayor parte de la banda sonora, exceptuando por supuesto el -redundante- tema final de Charly García.
En síntesis, sin ser una gran película -como creí que lo era antes de verla, dada su cuantiosa convocatoria de público y los premios obtenidos-, es un simpático entretenimiento pseudo contestatario de muy cuestionable soporte moral. Además de flagrante apología del delito... Creo que haberle dado un 5/10, es justiprecio para un film del que esperaba más... Algo más; o bastante más...
Adrián Klas
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