"Iñárritu narra en el film, rodado casi todo con cámara en mano, el día a día de Uxbal en medio de pocas luces y muchas sombras, para poner énfasis en temas como la marginalidad. Pero también es la historia por momentos asfixiante de un hombre (un gran Javier Bardem), que de noble corazón con el próximo y su vida al borde del abismo, no encumbra a los buenos deseos de no morir por el intento de ayudar a los demás.

Historia pues sensible, que parece no afectarle el distanciamiento con su guionista y amigo Guillermo Arriaga. De todas formas esta historia no se aleja mucho del estilo del mexicano, quien con la música de Santaolalla y la luz de Rodrigo Prieto, revela aspectos reales y miserables alrededor del ser humano, siempre al estilo de esta cineasta universal.