Por momentos muy digna (no en vano la dirige el maestro), por momentos insufrible film con un argumento un tanto idiota, unos protagonistas un tanto insípidos (salvo Ava Gardner, la ama y señora de la historia) y un olor a viejo que espanta.

El atractivo en este film de un anciano Clark Gable (si, ya sabemos que no llegaba a los 60, pero unos envejecen mejor que otros... pienso en Cary Grant) que es más bien nulo, es la base de la historia. Pues apaga y vamonos, no hay base.
La belleza de Grace Kelly, a la par que su ñoñez, es la base secundaria. Pues apaga y vamonos, vaya un personaje plano (¿nominación al Oscar? La academia ya hacía sus pinitos para que no la tomáramos en serio).
La astucia de Ava Gardner, a la par que su sex-appeal (que no belleza, a tenor de lo argumentado en el film) era el tercer y última de las razones para verlo. Al menos, esta tercera funciona, y Ava hace un papel más que digno e incluso bastante ingenioso.

¿El escenario? Decepcionante, es extraño como ford saca más partido a un desierto cualquiera que a toda una sabana africana.

Visible, pero de la parte baja de la carrera del más grande.