El filme que representa la situación de los actores del cine mudo en el año 1927, es para mí, magnifico. A pesar de su larga duración y su trama predecible, fue capaz de emocionarme hasta las lágrimas. El ser humano siempre ha tenido miedo a los cambios, sin embargo, como se muestra en la película siempre ha buscado como superar sus propios límites. Es ahí cuando el cine logra ofrecerle al público nuevas formas de entretenimiento, "carne fresca", y lo clásico pasa al olvido.
La música y el silencio te transportan a esta época, y deseas durante todo el filme escuchar las voces de los personajes, pero gracias a la increíble actuación del protagonista, Jean Dujardin, sus gestos y su sonrisa que permea todo el ambiente de felicidad, te atrapa y evoca lo maravilloso del pasado.
Es un homenaje al cine, su pasado, su presente y su futuro. Cabe resaltar la importancia que le da el director a la transición del cine mudo, al cine sonoro a medida que avanza la película, desde el comienzo se utilizan intertítulos pero a medida del pasó del tiempo aparecen sonidos de objetos colocados en una mesa, la incorporación de una mágica banda sonora de Ludovic Bource, y finalmente las tan esperadas voces.