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Voto de Gabi Oldman:
8
Drama En una Canadá ficticia, se aprueba una ley que permite que los padres incapaces de controlar a sus hijos problemáticos les internen en un centro especial. Sin embargo, Diane "Die" Despres, una madre viuda con carácter, decide educar ella misma a su hijo adolescente Steve, que padece ADHD y que puede llegar a resultar violento. Kyla, la vecina de enfrente de su casa, le ofrece su ayuda a Die. La relación entre los tres se hará cada vez ... [+]
3 de septiembre de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con veinticinco años, el canadiense Xavier Dolan firma su quinto largometraje, una reflexión sobre la adolescencia, con sus luces y sombras, desarrollada en un futuro nada incierto en una “ficticia” Canadá.

El llamativo formato en el que está rodada la cinta es quizás el aspecto más interesante. Se trata de un formato vertical, más cerrado que el 4:3 habitual de la era televisiva, que lejos de ser un capricho artístico confiere a la historia un carácter enclaustrado. De este modo, el director consigue la fórmula precisa para reflejar esa sociedad encerrada en sí misma, a veces de manera agobiante, además de hacer un paralelismo con la forma de ver el mundo en nuestros días: la pantalla de un Smartphone. Un detalle que no es fruto de ningún modernete pretencioso, como bien se podría sospechar, sino que está justificado y colocado sutilmente, enmarcando planos que tienden a lo clásico, logra así una simbiosis que no desentona con el objetivo de la cinta.

Una película dramática, en realidad una verdadera tragedia, que sin embargo nos es expuesta con cierto tono cómico, muy sutil, y una banda sonora que evita regocijarse en la lágrima pese a lo grave de la situación. La más que conocida historia de la madre soltera que debe hacerse cargo de un hijo problemático nos es narrada aquí, siempre bajo su punto de vista, desde una perspectiva nada victimista como suele ser habitual, dejando que sea el público el que juzgue.

El trío protagonista; protagonista absoluto de la cinta; lo componen una madre con ciertos humos de quinceañera, un hijo caradura con brotes psicóticos y a quienes se le suma una tímida vecina, tartamuda y altruista. Los tres, magníficamente dibujados, viven encerrados en una sociedad que no les deja ser como son, y a pesar de ello mantienen un tono vitalista sin llegar al optimismo estúpido. De esta forma se consigue empatizar con ellos de forma automática.

Una cinta que sobresale en cuanto a guión y forma de tratar un tema. Con una historia sencilla que trasciende y hace pensar en lo que nos estamos (lo que nos están) convirtiendo, de forma irónica y sutil. Y, de nuevo, un ejemplo de que con pocos medios se pueden hacer grandes películas.
Gabi Oldman
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