Suelo degustar y defender el cine japonés, pero viendo "Departures" se me han quitado las ganas. No sólo es un film mediocre, es un film mediocre con Oscar, y eso me revienta. Sí, es cierto. Hay centenares de películas del montón con premios, pero para las pocas veces que, contra pronóstico, un film japonés se cuela en los Oscars, y además gana a obras de la categoría como "Vals con Bashir", lo normal sería que "Departures" fuera una maravillosa e inmortal obra de arte. No negaré que la película tiene algunas cosas buenas, pero en general me ha supuesto una enorme decepción.

Yojiro Takita nos cuenta una historia muy interesante, pero nos la transmite de modo simplista y sentimentalista. En parte comete los mismos errores que en la excelente "La espada del samurai", pero elevados a su máxima expresión. En "Departures" utiliza cualquier superficialidad con tal de emocionar al espectador. En ocasiones la música es apropiada, pero su utilización suele ser efectista y desafortunada. Los planos del protagonista en medio del campo tocando el violonchelo son de un ridículo espantoso, y muestran una absoluta inmadurez por parte de su director.

Había película para mucho más, el tema es muy interesante, y lo cierto es que en manos de otro director podría haber sido una película merecedora del Oscar. "Departures" podría haber sido una reconfortante historia sobre el amargo y hermoso viaje de la vida a la muerte, y sobre el difícil camino hacia la reconciliación. No ha sido así y simplemente se ha quedado en un telefilm japonés con Oscar. Una lástima.