Si eres hipocondríaco, no veas esta película, si eres aprensivo, no veas esta película, en definitiva, si alguien es como yo es mejor que no vea esta película.
Pero si he de ser franco, recomiendo esta película. Y lo hago con toda la responsabilidad que ello conlleva.
Soderbergh ha creado una película aséptica en su formato pero viva y candente en su interior, en ningún momento cae en el lagrimeo fácil (de hecho, no cae en ningún lagrimeo), gracias a unas interpretaciones muy afortunadas por parte del interminable elenco que conforma el reparto (mención especial a Winslet) logra no traspasar los limites de la sensiblería barata.
En la superficie es una ningún sobre una pandemia, pero Soderbergh logra diseccionar de forma muy acertada el proceso y la evolución del virus, consigue crear una atmosfera inquietante, en parte, gracias al estilo narrativo que utiliza a lo largo del film, los flashbacks ayudan a seguir la historia, y el final es aclaratorio pero hubiera sido prescindible si uno sigue con atención la narración de la historia.
Recomendable sin más, se puede vivir sin necesidad de verla, pero si se llega ha este punto nos perderíamos unas grandes interpretaciones.