Intenta representar la vida de los judíos en aquella época y las duras condiciones en las que vivían, ya que en realidad los protagonistas son ellos. Esto se puede ver cuando lo primero que nos presenta son algunos actos cotidianos de una familia judía. La crudeza de la película es lo que la hace destacar sobre el resto, sobretodo en escenas como la cinta transportadora hacia los cuerpos ardiendo o la secuencia en la que nos hace creer que van a rociarlas con gas cuando en realidad es simplemente agua.

Pero en realidad la escena más famosa es la de la niña con el abrigo rojo, que aparece dos veces y parece ser invisible para todos excepto para Schindler, para el que se detiene el mundo viendo pasar la vida de una niña ante sus ojos sin poder hacer nada. Representa la crueldad de la guerra, la niña es la pureza, y esta no tiene cabida en un escenario semejante.

Pasemos a los malo que acompaña siempre a este director, en este caso pese a ser una película basada en hechos reales busca exagerar todavía más el dramatismo de la cinta en algunos puntos: cuando un soldado dispara a los cuerpos quemados o cuando Schindler les dice ya en la última fábrica a los soldados que maten a los judíos si quieren. Además la última escena se hace un poco pesada y demasiado sentimental, si lo que busca es hacer una reflexión sobre el valor de una vida (la frase del anillo y el precio de objetos en comparación a lo que había pagado por las vidas de los judíos) lo puede hacer sin derrumbarse (diciendo que podía haber salvado a más), ya que esta escena justo después de la que acabo de nombrar de los soldados da un final demasiado melodramático.