Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Fantástico. Acción Eric Draven y Shelly Webster están a punto de casarse, pero la noche antes del enlace son asesinados brutalmente. Un año después, el alma de Eric vuelve a la Tierra en forma de cuervo para vengarse. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si mueres joven y estando en la cumbre de la fama, te convertirás en un ídolo venerado y en una leyenda inagotable. Esta es la ley que rige el mundo del espectáculo y la prueba de que es cierto, es que aún sigue (y seguirá) palpitante el recuerdo de Marilyn Monroe, James Dean, Natalie Wood, Bruce Lee, Heath Ledger, Paul Walker y algunos otros.

También, Brandon Lee, tenía ya alguna fama siguiendo el legado de su legendario padre Bruce, quien había muerto a la edad de 32 años tras tomar una aspirina (¿?), y ahora, se encontraba rodando la mejor película de su vida de la mano de Alex Proyas, uno de los más interesantes directores de los últimos años.

En “EL CUERVO”, Brandon Lee es Eric Draven (del apellido se puede extraer raven=cuervo) un músico de rock que, tras ser asesinado junto con su prometida, renueva la leyenda según la cual, el cuervo (mensajero de los dioses), además de cumplir la misión de llevarse las almas, también puede traerlas de vuelta para darles la oportunidad de remediar el mal (léase: cobrar venganza). Encarnado en una figura que nos recuerda al guasón por su maquillaje de payaso, Draven tendrá los poderes de regeneración para curar de inmediato sus heridas; puede atrapar con su mano una daga lanzada a gran velocidad; ve imágenes guardadas en el cerebro de otra persona con solo tomar su cabeza… y de paso, es un experto luchador, con lo que, sus asesinos, prácticamente la tienen perdida.

El guión, basado en el cómic que, en 1989, escribiera James O’Barr como una forma de catarsis luego de que su propia novia muriera atropellada por un camión, básicamente es una historia de venganza, y en tal sentido, poco aporta a la evolución mental y al entendimiento humano. Pero el filme tiene su mérito en la belleza gótica que, con algo del “Batman” de Tim Burton, Proyas consigue con gran eficacia. En tal sentido, iluminación, diseño de producción, fotografía, composición de efectos visuales… son de un logro admirable y el filme se hace grato aunque la historia poco conmueva.

A todo esto, la muerte accidental del protagonista durante el rodaje de la escena en la que asesinan a su personaje y a su novia (que por fortuna se filmó bien adelantado el rodaje y que ocurrió por la inadecuada preparación de un arma), contribuyó al interés por la película, porque, el fantasma que vemos en la historia, podría parecer, Brandon Lee, reencarnado.

Me sumo a quienes creen que Lee prometía como actor y su personaje tiene un halo bien interesante que, con una buena historia, quizás podría convertirse en un héroe para rato.

“EL CUERVO” nos deja como cuando vamos a un buen restaurante con una grata compañía, nos tomamos unos buenos vinos, el plato luce enseguida atractivamente presentado… pero al comerlo, sentimos que algo en él no nos deja por completo satisfechos.

Con todo, Alex Proyas es de esos directores que me animan a seguirles la huella.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow