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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Desde hace años, el actor de teatro Frank Elgin (Bing Crosby) atraviesa una grave crisis debido al alcoholismo y a un gran sentimiento de culpa por la muerte de su único hijo. Su esposa (Grace Kelly) y su director de escena (William Holden) intentarán por todos los medios sacarlo del triste estado en que se encuentra, aunque no será nada fácil. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el ser humano, llevado por un estado de ira, por imprudencia, errada información u otras razones, hace daño a una o varias personas, un sentimiento de culpa le embargará luego, si llega a creer que lo que hizo fue incorrecto, exagerado o abominable. La culpa es un dolor interno y obsesivo de arrepentimiento por lo que se hizo o se cree haber hecho, en el que, además, la persona siente que ha tirado su dignidad por el piso y no se perdona -ni cree que tendrá perdón- el daño que posiblemente ha causado.

Un fuerte sentimiento de culpa puede motivar una actitud autodestructiva, sobre todo cuando el individuo no recibe el castigo que cree se merecería. En este caso, la terapia holística, que aborda integralmente al individuo (espíritu, mente, cuerpo) podría ser de gran eficacia, ya que en ella se reinterpreta lo vivido y se ayuda a comprender a la persona cómo funcionan las leyes existenciales. También, la culpa puede motivar una particular actitud de auto-compadecimiento, donde la persona comenzará a dejar de lado sus compromisos sociales y familiares, y buscará excusas (conscientes y maliciosas) como el exagerar una caída, asumir algún aparente intento de suicidio, mostrarse más enfermo de lo que realmente pueda estar, acudir exageradamente a fármacos, licor o psicoactivos… o atribuirle a sus más cercanos situaciones de maltrato para que, así, los que no saben le consideren y lo ayuden. En estos casos, un trabajo individual y con el grupo familiar, puede hacerse necesario a fin de buscar las verdaderas razones de tales actitudes y acordar nuevas pautas de comportamiento.

Una gran obra de Cliffort Odets, “The country girl” (1950), fue la que inspiró al director, George Seaton, para hacer él mismo la adaptación y dirigir este brillante estudio acerca de la culpa y otras manipulaciones. De paso, el filme hace un soberbio alegato contra el machismo -sus prejuicios y pretensiones- al tiempo que reinterpreta y reivindica a la mujer, en una época en la que, subvalorarla era un hábito común y por casi todos acogido, incluso entre ellas mismas. “Yo soy una boba”, “¡Cuánto diera por ser un hombre!”, “Las mujeres somos unas tontas”… ¿Llegó usted a oír frases de este estilo?

Lo que se nos brindará aquí, es un ejercicio de terapia vivencial, donde la abnegación y persistencia de una esposa -magníficamente interpretada por Grace Kelly, capaz de lucir sin una pizca de maquillaje, no obstante que venía de su glamuroso papel en “La ventana indiscreta”- y el serio compromiso de un director teatral–William Holden en un perfecto retrato del hombre que tiene más que aprender que lo que pareciera saber- en sacar del pozo a su viejo amigo, va a dar como resultado un magnífico estudio humano, en el que entrará a terciar, el cantante Bing Crosby, como el hombre marcado por un error cometido, quien habrá de convertirse en un singular jugador con los artilugios de la mente.

El filme es muy cuidado en todos sus detalles, los diálogos son de una lucidez y precisión absolutas, y la historia debería interesar a todo el mundo porque habla del consciente y del inconsciente, de las viejas costumbres a veces preservadas hasta los más nuevos tiempos y de personajes que poco se alejan de muchos entre nosotros, en sus sesgadas maneras de interpretar la vida.

“LA ANGUSTIA DE VIVIR”, es de ese cine que carga con valiosísimos elementos que nos ayudarán a movernos por el mundo. Imprescindible.

Título para Latinoamérica: “LA QUE VOLVIÓ POR SU AMOR”
Luis Guillermo Cardona
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