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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Edith es una joven judía deportada a un campo de exterminio, donde pierde a su familia. Ella se salva porque acepta desempeñar la función de Kapo, prisionero privilegiado cuya misión consiste en vigilar a los demás presos. Edith se adaptará a las formas brutales y despiadadas de sus carceleros hasta que se enamora de un prisionero soviético. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la II Guerra Mundial, en los campos de concentración que establecieron los nazis para mantener prisioneros a los millones de “enemigos” que se llevaron presos, se inventaron un cargo al que denominaron, Kameradschafts-Polizei (Policía de Camaradas), el cual asignaban a personas recluidas por actos delincuenciales y que tuvieran un fuerte carácter, aunque, ocasionalmente, se asignaba a personas que simplemente inspiraran respeto entre el grupo de prisioneros(as). Sus funciones principales eran: supervisar el comportamiento en las barracas y vigilar a los prisioneros cuando eran sacados para hacer trabajo de campo. Además de que tenían poder para castigar y hasta matar a quien violara las normas o alterara el orden, los Kapós (así comenzó a llamárseles abreviadamente) eran compensados con mejor comida, cómodos espacios para dormir, menores esfuerzos laborales y otros privilegios.

Edith, es una muchacha de 14 años, con buena formación y estudiante de piano, quien, un día gris, termina montada en el mismo camión en el que también son llevados sus padres por el “delito” de ser judíos. Pero, en el campo de concentración y separada de sus progenitores, la muchacha va a tener mejor suerte que ellos, cuando es puesta en manos de un consecuente médico que se dispone a ayudarla.

Así comienza este nuevo drama con el que, el director italiano Gillo Pontecorvo, pretende mantener viva la memoria sobre uno de los hechos más atroces por los que haya pasado la humanidad, el cual dejó un saldo superior a 50 millones de víctimas mortales, sin contar varios millones de heridos y lisiados. Con un guion escrito a dos manos con su habitual colaborador Franco Solinas, Pontecorvo logra una sensible historia en la que, las mujeres, serán las principales protagonistas y podremos apreciar las complejas y muy difíciles situaciones por las que muchísimas pasaron.

De manera bastante atinada, el director consigue alejarse de los estereotipos y alcanza un positivo contraste entre las prisioneras y sus verdugos, de tal manera que, en términos generales, no se alimentan visiones sesgadas de ningún tipo. Pero, hay que decir que, ciertos actos de violencia y de crueldad son recreados a veces con excesiva prudencia, al punto que parecen acciones de comedia. Ésta y el escaso nivel interpretativo de algunos secundarios, podrían ser las principales bajas de un filme que, de resto, complace con la sólida interpretación de Susan Strasberg y Emmanuelle Riva. La primera, suplantando a una figura muerta y moviéndose en la difícil disyuntiva de gozar de los privilegios que se le ofrecen o ser fiel a la causa de quienes luchan por la libertad; y la segunda, una equilibrada Thérèse, luchando por preservarse digna y por sobrevivir en un lugar jamás imaginado.

En el período de dos años en que transcurre la historia de “KAPO’”, muchas cosas dolorosas, y otras también admirables, van a suceder… y Pontecorvo preserva su coherencia política con un filme que importa y vale la pena ver.

Un mensaje para recordar: “Hay algo que no pueden quitarnos si nos aferramos a ello: ¡Nuestra dignidad!”
Luis Guillermo Cardona
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