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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Thriller. Intriga Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad de Berlín. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde tiempos remotos, muchos países han acudido a una amplia gama de técnicas brutales para castigar con la muerte a los autores de delitos considerados atroces, como el homicidio, la traición a la patria o la violación. Entre las técnicas de mayor tradición, se ha contado con la hoguera, la horca, la decapitación, el linchamiento, la cámara de gas, la silla eléctrica… pero, nada de esto ha contribuido, ¡ni contribuirá jamás!, a una eficaz disuasión de las inclinaciones criminales, principal argumento que citan los promotores de esa atroz venganza conocida como Pena Capital.

El índice de afrentas contra la vida humana, se mantiene a niveles muy cercanos –y a veces por encima– entre los países que han legitimado la pena de muerte y los que no la aprueban. Además, bien se sabe que ésta –en la mayoría de los casos- es discriminatoria: se aplica en un 99% con los pobres y con las minorías raciales. Jamás se ejecuta imparcialmente.

Los hechos son irrefutables: Los países con menor índice de delitos atroces en todo el planeta, son aquellos que ofrecen el más alto acceso a la educación y la cultura de calidad, y donde la justicia social es un decidido ejercicio de sus gobiernos.

En una época en la que varios asesinos en serie tenían azotada a Alemania, <<M>>, surge en la mente del director, Fritz Lang, como un sobrio y lúcido alegato contra la pena de muerte (se anticipaba a los espantosos crímenes que, contra millones de civiles, cometerían los nazis), y como un claro señalamiento de que, el mal no está sólo en los condenados sino que también emana en aquellos que condenan.

Hans Beckert, un hombre de baja estatura y de aspecto inofensivo que vive con su sorda madre en una modesta casa de Düsseldorf, se ha convertido en un asesino de niñas ¡y ya lleva ocho en su tenebrosa lista! Cuando sale al acecho de una nueva víctima, suele silbar la tonada del tema, “En el Palacio del Rey de la Montaña” -que hace parte de la suite, "Peer Gynt", del compositor noruego, Edvard Grieg-, y ya la totalidad de las fuerzas policiales se están movilizando para dar con su paradero. Como semejante alboroto sirve, de paso, para descubrir a otros malandrines que se mueven por la ciudad, la brigada criminal asume, por su parte, sus propias estrategias para atrapar al asesino antes que la policía... ¡Los pájaros tirando a las escopetas!… pero ellos sienten que, sólo de esta manera, los dejarán tranquilos.

Fritz Lang, tiene con, <<M>>, su primera película sonora; una obra innovadora que aporta el aislamiento de los ruidos que no escuchamos cuando estamos absortos en otra cosa; prolonga una última frase de una escena en la escena siguiente; aplica las escenas en contrapunto (asociación paralela de lo que dicen unos personajes con lo que dicen otros); y crea metáforas que dejan en el espectador parte del valioso significado de la historia.

Al final, la película alcanza su punto más alto con una secuencia donde, los más hondos criterios de justicia, ocupan su merecido lugar. Imprescindible.
Luis Guillermo Cardona
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