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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Comedia Este segundo film de los geniales Marx es, sin duda, uno de los más delirantes. Los cuatro hermanos se entremezclan con la alta sociedad mientras se ven envueltos en el robo de un cuadro. Para el recuerdo, algunas de las escenas y dialogos más divertidos del famoso cuarteto; "Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida... lo cual no dice mucho en mi favor".
2 de marzo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El capitán Geoffrey T. Spaulding (Groucho) ha vuelto de su viaje a África, y la señora Rittenhouse ha organizado una fiesta en su honor, en la que además se exhibirá el famoso cuadro “Después de la caza” -pintado por un tal Bodegard- que ha adquirido el también invitado Roscoe W. Chandler. Pero resulta que hay alguien interesado en apoderarse del original y alguien más está interesado en exhibir una copia que un día hizo del mismo cuadro, con la esperanza de engañar a los observadores a ver si de esta manera consigue que valoren lo que él pinta.

Así se inicia este exitoso musical con el que, Los Hermanos Marx, triunfaron durante un buen tiempo en Broadway… y de inmediato, la Paramount encargó al director y escritor de la obra Morrie Ryskind, su adaptación al cine, siéndole entregada la dirección a Victor Heerman, un director que hacía poco se iniciaba, que luego haría otras tantas películas, pero que necesitaría limitarse a ser guionista al lado de su esposa, Sarah Y. Mason, para poder lograr sus mayores triunfos, incluido un Oscar por “Mujercitas” (1933).

No obstante, lo logrado aquí por Heerman, siento que es otra de las películas bien divertidas que hayan podido hacer los celebrados comediantes. “EL CONFLICTO DE LOS HERMANOS MARX” (título como para una telenovela) tiene un ritmo inagotable, humor suficiente para consentir cada célula de tu cuerpo, y da ocasión para que se luzcan plenamente Groucho, Harpo y Chico… y hasta Zeppo se lleva una mejor parte como el asistente del capitán Spaulding.

La divertida canción del comienzo “Capitán Spaulding” que cantan Groucho, Zeppo y Margaret Hamilton (¡Ajá, la señora millonaria!), Groucho la seguiría usando muchas veces en la radio y en la televisión. Y creo que muy pocos se sustraerán a los deliciosos diálogos que consiguen Morrie Ryskind y demás creadores de esta refrescante comedia-musical.

¡Y sorpréndanse! Es la primera vez que la música es cuidadosamente seleccionada para que entre en momentos ajustados a la fiesta y –con apenas alguna excepción- cada número se escucha con verdadero agrado. Heerman luce bastante fluido, la ambientación en aquella casona es muy acogedora y los Hermanos pasan de una situación a otra con deliciosas e hilarantes situaciones.

En un abundante juego de corte intelectual, se parodia a Eugene O'Neill (la poesía que declama Groucho); se hace referencia al famoso proceso de Mary Dugan; y hasta Chico (en sus afanes de sentirse italiano), usa un nombre que recuerda intencionadamente a un inmortal compositor y pianista... francés.

Para dar significado al título original, hay toda una serie de alusiones y chistes de animalitos (animal crackers) que, puedo asegurarlo, son mejor remedio para cualquier enfermedad, que cien o doscientos tóxicos de esos que a diario recetan los “señores” médicos.
Luis Guillermo Cardona
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