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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Romance Christoffer pertenece a la cuarta generación de la familia propietaria de la prestigiosa Planta Siderúrgica Borch Møller, pero él ha abandonado el negocio familiar para abrir un restaurante en Estocolmo. Allí está felizmente casado con una actriz sueca, Maria, pero cuando su padre se suicida, la madre de Christoffer le exige que vuelva a casa para asumir el puesto de director ejecutivo de la compañía. A regañadientes, regresa para ... [+]
15 de febrero de 2018
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El hombre -y la mujer- deben estar donde su alma los reclama… y ese lugar, es aquel donde te sientes pleno porque te sabes útil. Estar ahí no te lo ofrece todo, porque en muchas ocasiones reclama sacrificios, pero, aquello que logras, bien que compensa lo que dejas de obtener. Algunos, consiguen sentirse plenos cuando están en su camino, porque dan y reciben de manera simultánea; otros, no lo están tanto, pero aceptan lo que les falta porque sienten que su labor sirve a muchísimas personas... y esa es ya una muy buena recompensa.

Lo que más me gusta de “LA HERENCIA”, es que comienza mostrando a dos seres, Christoffer y Maria (la asociación religiosa es intencional), que van por el mismo grandioso camino: El arte… y de repente, la vida comienza a distanciarlos porque, Christoffer, es atraído por una fuerza incontenible que le reclama ponerse en frente de una empresa siderúrgica de la que dependen 900 personas y la estabilidad de su propia familia. El proceso que siguen ambos desde entonces: Maria, tentada por el capitalismo para llevar una vida burguesa y ser otra ama de casa que ya “lo tiene todo”, y Christoffer, envuelto en esa vida empresarial donde se sacrifican muchas cosas personales por los intereses colectivos, está aquí tan brillantemente expuesto, que toda capacidad de juzgar o condenar se nos viene al piso y terminamos sintiendo que, es indispensable ponerse en los zapatos del otro antes de osar emitir juicio alguno… y casi siempre, los juicios carecen de sentido, sobre todo si, además de comprender, pretenden condenar.

Así son siempre las novelas, las obras de teatro y las películas que alcanzan La Gran Cima: Tienen como meta el Conocimiento, elevarnos por encima de las superficies, y así, calan hondo hasta llegar al alma del ser más complejo y valioso que se ha puesto sobre la tierra: El ser humano. Y es de esta manera, como ayudan a que demos un paso hacia la Unicidad, La Meta Suprema, la transformación que hará posible que la tierra luzca un día en todo su esplendor.

“LA HERENCIA”, es una secuela de “Bænken” (2000), parte de una trilogía completada en el año 2005 con “Drabet”, en la que el director, Per Fly, hace una radiografía de las clases sociales (baja, alta y media, en ese orden) de Dinamarca, y por reflejo, las de otras latitudes. ¡Lástima que este cine necesite de grandes honores o de difíciles licencias de la aplastante industria hollywoodense para poder acceder a nuestras salas, pues, hasta el sol de hoy, “Bænken” y “Drabet”, nos siguen vedadas!

Muy buenas actuaciones de Ulrich Tomsen (Christoffer), el actor de teatro que súbitamente se ve arrastrado por un insólito destino; Ghita Nørby, como Annelise, la madre con una fe incondicional en ese hijo que, sabe ella, lleva por herencia el liderazgo en la sangre. Y Linda Werlinder, la María que, también tiene a su Cristo, capaz de abandonarla para seguir su compromiso con las masas.

Éste es otro filme humano, demasiado humano.
Luis Guillermo Cardona
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