Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Western El sheriff Chance (John Wayne) encarcela por asesinato al hermano de un poderoso terrateniente que intentará liberarlo por todos los medios. Para impedirlo, Chance cuenta con la colaboración de dos ayudantes: un alcohólico (Dean Martin) y un viejo tullido (Walter Brennan), a los que se une un joven y hábil pistolero llamado Colorado (Ricky Nelson). Todos ellos se encierran en la oficina del sheriff para impedir que el preso pueda ser ... [+]
3 de agosto de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Generación tras generación, los republicanos estadounidenses le han vendido a su propio pueblo y al mundo entero, la imagen de una nación gloriosa, donde la justicia impera (¡armando a todo el mundo!), pero, no les ha importado servirse del más rabioso chovinismo y de toda suerte de mentiras, para sostener una falsa imagen que no se la creen sino sus obtusos e incondicionales seguidores y aquellos extranjeros que ‘conocen’ la historia estadounidense a través del cine más comercial: El que promueve ilusiones e idealismo.

Cuando John Wayne -recalcitrante republicano y por demasiado tiempo ‘héroe’ del cine western- vio la película “High Noon” de Fred Zinnemann, de inmediato sintió herido su nacionalismo al contemplar a un sheriff que, reclama la ayuda de sus coterráneos para enfrentar a cuatro bandidos que -justo el día de su boda y de su renuncia al cargo-, han vuelto para matarlo. Y lo que colmó la ira de Wayne, es que “además el sheriff tira luego la estrella de la justicia al piso y -aquí miente- la hunde en la tierra pisoteándola” (1). Fue incapaz de ir más allá de la acción para captar la carga psicológica y la alegoría que tanto pesan en la película.

Fue esa, la principal motivación para que, algunos años después, surgiera en Wayne y en su amigo Howard Hawks, la idea de hacer un western que apareciera como respuesta al memorable filme de Zinnemann. Y digámoslo de una vez: Cuando vemos el cine como Wayne, es decir, simple y llanamente lo que nos muestra su historia, lo que uno se encuentra es un filme encantador, donde la amistad que se desenvuelve entre el sheriff, el anciano, el borracho y el niño pistolero, además de cálida, es harto divertida. Súmele la chica jugadora y el conserje del hotel, y lo que se tiene es un puñado de personajes con los que cualquiera se encariña, pues, dan cuenta de una tierra gratamente-ficticia donde, el desempeño laboral en las instituciones castrenses, no mira condiciones físicas ni adicciones personales; la amistad no repara en nacionalidades ni en el color de la piel… ¡y el amor! no tiene reparos con la edad.

Ahora, aterricemos la historia en la realidad de los United States of America: Donde para la vigilancia de un pueblo azotado por los bandidos, un sheriff contrate a personas como las que elige John T. Chance, ¡llueven las cartas al gobernador denunciando semejante despropósito que, además de violatorio de las normas, pone en peligro a toda la población! Donde un sheriff demuestre simpatía por los mexicanos, le caen los trumps para denunciarlo por indigno. Y donde un hombre de ley, pasado de la mediana edad, tenga relaciones con una jovencita de ‘dudosa moral’, no aguantará el repudio de las solteronas a las que atrae, ni las fuertes críticas de las moralistas matronas de su pueblo.

Pero en Presidio, Texas, todo se puede, y de nuevo, EEUU queda como una tierra ideal a la que muchos envidiarán porque, lo que ‘allí sucede’, jamás lo verán en su propia tierra.

Y ni qué decir de la manera como se resuelve el enfrentamiento con la pandilla del inescrupuloso Nathan Burdette: Su larga espera, sus ‘decentes’ intentonas de liberar a su hermano, y la dinamita que Stumpy encuentra por puro milagro (¡los ‘profesionales’ de Burdette no la vieron o desistieron de usarla!), de nuevo, ¡pura ficción!, como la que siempre les han vendido a sus compatriotas los rancios republicanos.

Quédense sólo con la historia que les cuenta y “RÍO BRAVO” (¿vieron ustedes el río?) es una historia bastante divertida.

(1) Revista Playboy. Mayo, 1971
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow