En una familia, en un avión, en un tren… o en una diligencia, puede encontrarse reflejada, en micro, la sociedad humana. En este interesantísimo western de John Ford, un merecido clásico por muchos méritos que citaremos enseguida, la humanidad está fielmente representada con nueve personajes que ocuparán una diligencia, la cual hará un trayecto con exposición al peligro y con rumbo a la libertad.

Una joven embarazada, casada con un soldado con el que espera encontrarse; un exoficial confederado convertido ahora en jugador profesional; y un banquero individualista y prejuiciado, representan el lado burgués, reaccionario y clasista de aquella sociedad en ciernes. Un médico alcohólico con hondo desarraigo; una “chica mala” buscándose a sí misma; un endeble comerciante de licores en busca de nuevos mercados; y un ex-presidiario fugitivo con un buen historial como vaquero, representan a las minorías discriminadas por aquellos que se sienten la crema y nata de la alta sociedad... y guiando la diligencia, un comisario que ejerce la ley y la defensa; y un cochero inseguro y temeroso, que termina asumiendo lo que los demás decidan, como si ese fuese su único destino.

Como en el hermoso juego de la vida, los personajes entrecruzan sus emociones... y pronto se influyen unos a otros, hasta hacer aflorar el lado bueno y generoso reservado en el alma de cada uno de ellos. Sólo el banquero, permanece en su cerrado posicionamiento, pero, queda entender que el viaje sólo dura un par de días y que el corazón de un banquero es, con frecuencia, hermético como su caja fuerte… y a veces se necesitan unas cuantas vidas para conseguir abrirlo.

Con gran sobriedad y con sumo encanto; llevándonos por magníficos valles con una impresionante fotografía de, Bert Glennon; y con una agradable banda sonora que retoma memorables temas folclóricos, el director irlandés John Ford, convierte este western en un plausible juego de caracteres que crecen y se autodescubren, mientras hacen de la adversidad lo que ésta siempre debería ser: una ocasión para aflorar la resiliencia y para volvernos más sabios en nuestra capacidad de relacionarnos.

Lástima que haya lugar para que aflore el lado machista y vengativo de la sociedad de siempre. Muchos lo llaman “la venganza justiciera”, y como tal, la aplauden. Algunos lo llamamos, “rebajarse al nivel de los victimarios”… y siempre quedamos desconcertados y desencantados.

Con un guion escrito por, Dudley Nichols, basado en la historia, "Stage to Lordsburg" (1937) de Ernest Haycox, <<LA DILIGENCIA>>, estuvo bien cerca de ser una obra maestra, y su influencia en el cine western de los años posteriores, fue de enorme peso porque, algunas de las situaciones en ella plasmadas las repitieron después, con mínimos cambios y con menos brillo, decenas de realizadores.

John Wayne como Ringo Kid; Claire Trevor en el rol de Dallas; Thomas Mitchell caracterizando al Dr. Josiah Boone; y George Bancroft como el marshall Wilcox, entre otros, consolidan una historia de esas que siempre da gusto ver.