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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Drama Antoine, un publicista de éxito, está casado, tiene dos hijos, vive en una bonita casa no lejos de París y sus relaciones con los vecinos son excelentes. La discreta relación que mantiene con la guapa Marion no es tan seria como para perturbar su equilibrio. Sin embargo, un buen día su vida experimenta un vuelco. Durante una reunión con un cliente importante, pierde los estribos y, de paso, el proyecto. Su socio le propone que se tome ... [+]
5 de octubre de 2008
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No son pocos los elementos comunes que guardan las dos últimas películas del francés Jean Becker. Tanto en “Conversaciones con mi jardinero” como con esta, la necesidad de un cambio de vida está presente así como el gusto por los paisajes bucólicos, aquí plasmado concretamente el río en el que van a pescar el protagonista, Antoine y su padre. “Dejad de quererme” se presenta como un drama que funciona mejor cuanta menos es la información de que dispone el espectador antes de verla. El secreto, el leit-motiv sobre el cual gira toda la historia (y que un servidor adivinó incluso antes de empezar a verla) puede volverse en un arma de doble filo y hacer que parte del interés de la trama quede mermada si el espectador intuye el verdadero motivo que hace que Antoine actúe de la manera en que lo hace. Un handicap notable que Becker supera a medias, incluso sirviéndose de alguna trampa de guión, apoyado sobre todo por la sólida interpretación de todo el elenco, en especial un Albert Dupontel que hace suyo el personaje, al que aporta el grado de humanidad y locura imprescindible para sacar la historia adelante.

Se podrán discutir las razones que llevan a Antoine a tirarlo todo por la borda, pero lo que es indiscutible es que “Dejad de quererme” es una película sobria y sencilla, que nos deja unas cuantas escenas para el recuerdo (en especial esa cena de cumpleaños demoledora), en la cual el director aprovecha para cargar contra la clase media-alta de su país, y que acaba convirtiéndose en una de las reflexiones sobre el sentido de la vida más lúcidas y certeras que uno ha tenido la ocasión de disfrutar últimamente.

Lo mejor: la cena de cumpleaños.

Lo peor: que se pueda intuir fácilmente la sorpresa final.
AMQE
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