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Voto de Natxo Borràs:
9
Drama Ernesto hace un viaje a la provincia argentina de San Luis, a un remoto pueblo en un valle puntano, para recordar su infancia y las circunstancias que han determinado su vida: sus padres se habían exiliado voluntariamente de Buenos Aires para vivir en una comunidad campesina. La llegada de un geólogo español, contratado por el cacique local para buscar petróleo, representa una amenaza para la forma de vida de los campesinos. (FILMAFFINITY) [+]
19 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Referente en el cine latinoamericano, nos encontramos con, tal vez, la mejor película de un profesional tan comprometido con su país como Adolfo Aristarain (Martin (H)ache). Capaz de retratar generacionalmente la sociedad desde su base y en los últimos años de una tierra aparentemente enseñoreada a ojos del mundo pero castigada por unos regímenes militares (que aquí se insinúen), se aborda la militancia de unos protagonistas sólidos; Mario y Nelda (el matrimonio formado por Federico Luppi y Cecilia Roth), supervivientes fuera de sus tierras, que regresan a unos lugares que, por no ser comunes, ya que se han educado en Buenos Aires y en Madrid, reeducan unas libertades negadas por una simple razón de ser y enseñan el significado de la dignidad de unas gentes que viven de la ganadería y podrían quedar subordinadas por un terrateniente llamado Andrada (Rodolfo Ranni).

En éste postal nostálgico (el film empieza como un “flash-back” con el hijo de la pareja, Ernesto, recién entrado en la edad adulto) también aparecen unos personajes más que humanos y con un papel decisivo en la historia: el geólogo Hans (José Sacristán) cuyas indagaciones asombran al joven Ernesto: un chico inquieto enamorado de Luciana (Lorena del Río) la hija de Zamora (Hugo Arana), la mano derecha de Andrada y a quien se le priva una educación intelectual que Ernesto ha conseguido con creces gracias a sus padres.

Adolfo Aristarain traslada a sus protagonistas en ese vacío árido dónde la esperanza reverdece. Esa libre familia que también incluye a un hijo único, Ernesto aprendiz, maestro, testigo y promesa de futuro en esas benignas tierras donde crean una cooperativa y ayudan a la alfabetización creando una escuela en el mismo hogar. Y luego queda el escenario donde quedarse; el lugar donde ha valido la pena luchar…
Natxo Borràs
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