US 
Canadá 
México 
España 
UK 
Irlanda 
Australia 
Argentina 
Chile 
Colombia 
Uruguay 
Paraguay 
Perú 
Ecuador 
Venezuela 
Costa Rica 
Honduras 
Guatemala 
Bolivia 
Rep. Dominicana 
Italia · Centelles
Voto de Natxo Borràs:
3.826
Fantástico. Terror
Clásico del cine mudo alemán que cuenta la leyenda de una estatua: el Golem. En el siglo XVI, en el gueto de Praga, vivía el Rabino Löw, mago y maestro en el arte de la nigromancia. Para evitar la expulsión de los judíos, ordenada por el emperador Rodolfo II, modeló la figura de arcilla del Golem e invocó al espíritu de Astaharot para que le otorgará la vida. Sin embargo, cuando los judíos consiguen quedarse en la ciudad, y el Golem ... [+]
8 de octubre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los judíos, desde su fortificada comunidad, reciben la alerta del Emperador (Otto Gebühr) para expulsarles con un Decreto que les prohíbe todos sus derechos como Pueblo. El rabino, mago y astrólogo Löw (Albert Steinrück) advierte a los suyos de que la tragedia se avecina e invoca y moldea al Golem (Paul Wegener) en una cámara sellada para revivirlo y, poder demostrar así, su fuerza y poderío en una audiencia en la corte.
La compleja novela que escribió Gustav Meyrinck en 1915 (en plena Gran Guerra Mundial) advertía del destino sucumbido de un pueblo como el Judío, confinado en un ghetto, representado por una fortaleza, donde hacen su vida ajenos a las intenciones del Emperador. Cuando advierten del peligro que les puede acechar recurren a la magia de uno de sus más sabios maestros, el rabino Löw.
Moldear un autómata. Su propia representación y que cumple unas órdenes exigidas por su creador, en éste caso un representante del Pueblo por el Pueblo. Un líder inanimado, puro y que muestra su fuerza y destreza ante los más poderosos. Wegener (que realizó anteriormente otras dos películas sobre la criatura) materializó aquí una representación de lo que fue, es y representa el judaísmo (cerrados en sí mismos pero valerosos para el resto del mundo, como fruto de la envidia para la mayoría y que echa raíces a un modo egoísta de ser, su auténtica fortaleza).
El Golem es el barro, la dureza, la piedra y representa el límite de lo inquebrantable. Erigido como un Superhombre (no el nietzschiano) para una minoría, dispuesto a satisfacer los temores de una mayoría. Mediante el cine expresionista alemán, Paul Wegener, uno de sus máximos representantes (y que seguriia en la UFA durante la etapa de propaganda de Joseph Goebbels), elaboró, más que una película de miedo, una fábula sobre el destino de un pueblo que se aleja despreocupado de las consecuencias que acarrearían Alemania en los años veinte después del fin de la Primera Guerra Mundial: el nacimiento del nazismo, su falta de voluntad y carencia de democracia en escoger a un líder supremo que blindara Alemania suprimiendo derechos e ideas.
La compleja novela que escribió Gustav Meyrinck en 1915 (en plena Gran Guerra Mundial) advertía del destino sucumbido de un pueblo como el Judío, confinado en un ghetto, representado por una fortaleza, donde hacen su vida ajenos a las intenciones del Emperador. Cuando advierten del peligro que les puede acechar recurren a la magia de uno de sus más sabios maestros, el rabino Löw.
Moldear un autómata. Su propia representación y que cumple unas órdenes exigidas por su creador, en éste caso un representante del Pueblo por el Pueblo. Un líder inanimado, puro y que muestra su fuerza y destreza ante los más poderosos. Wegener (que realizó anteriormente otras dos películas sobre la criatura) materializó aquí una representación de lo que fue, es y representa el judaísmo (cerrados en sí mismos pero valerosos para el resto del mundo, como fruto de la envidia para la mayoría y que echa raíces a un modo egoísta de ser, su auténtica fortaleza).
El Golem es el barro, la dureza, la piedra y representa el límite de lo inquebrantable. Erigido como un Superhombre (no el nietzschiano) para una minoría, dispuesto a satisfacer los temores de una mayoría. Mediante el cine expresionista alemán, Paul Wegener, uno de sus máximos representantes (y que seguriia en la UFA durante la etapa de propaganda de Joseph Goebbels), elaboró, más que una película de miedo, una fábula sobre el destino de un pueblo que se aleja despreocupado de las consecuencias que acarrearían Alemania en los años veinte después del fin de la Primera Guerra Mundial: el nacimiento del nazismo, su falta de voluntad y carencia de democracia en escoger a un líder supremo que blindara Alemania suprimiendo derechos e ideas.
