Una obra maestra de nuestro amado y controversial Quentin, como era de esperarse esta película se sale de los estándares gracias a una increíble mezcla de buenas interpretaciones (resaltando a la fantástica y muy infravalorada Jennifer Jason Leigh), diálogos picantes y entretenidos, un argumento bien desarrollado y la música excepcional de Ennio Morricone que le aumenta el tono de suspenso a la historia. Aunque no es su mejor película, definitivamente es una de mis favoritas, me atrapó desde el principio, y créanme, vale las 2 horas y 46 minutos que dura. Tarantino supo apropiarse del género western a lo grande. Suspenso, humor negro, violencia y mucha, mucha sangre la hacen, en mi opinión, un clásico.