La Aardman nos trae una nueva película de animación y una vuelta a la stop-motion, lo que supone todo un regalo para los aficionados, más aún teniendo en cuenta que posee el sello inconfundible de la casa, esto es, brillantes gags, estupendos diálogos, ritmo impecable, aroma clásico y multitud de detalles para el espectador, ya sean homenajes, gags escondidos, imposible de fijarse e incluso de reconocer todos, valga como ejemplo los magníficos títulos de crédito finales, más incluso en esta película, que al tener lugar en la época victoriana homenajean a esta teniendo como personajes protagonistas a Darwin e incluso a la misma reina Victoria, pero por sus fotogramas se colarán entre otros Jane Austen o John Merrick.

Preciosa de ver, con una animación de auténtico lujo y unos escenarios geniales, desde el inmenso océano hasta esas calles de Londres llenas de niebla.En cuanto al 3D, no resulta del todo aprovechado, pero dadas las características del stop-motion resulta bastante interesante su utilización.

¡Piratas!, menos conseguida que otras películas de la casa, especialmente que la magnífica Wallace y Gromit: La maldición de las verduras, resulta un tanto irregular, posee algunos gags magníficos, herederos de lo mejor de los Monty Python, pero tiene otros no tan conseguidos. Además su guión flojea en su última parte, demasiado convencional, y un tanto a trompicones.

Pero pese a sus defectos es un film absolutamente recomendable, encantador, lleno de un fantástico sentido del humor, personajes secundarios geniales, algunos pese a su breve aparición son todo un hallazgo. Es capaz de llegar al límite de lo absurdo y de meterse con todo. Un soplo de aire fresco en las carteleras, que aunque no tan redondo como otras de sus películas, la Aardman nos vuelve a ofrecer un estupendo regalo, para que disfruten todos los públicos.