En este sentido, acierta el director y su fotógrafo al filmar a pie de calle, en pasos de peatones, en el bullicio de un parque y en los pisos pequeños y agobiantes donde conviven muchos. Da en el clavo el retrato asfixiante de pertenecer a una familia acaparadora, en la poca esperanza de la juventud buscavida y en la sordidez de buscar a un médico abortista. No está fino en el repentino tono de comedia que acontece a la hora de metraje y que lastra lo conseguido hasta ese momento.

Lo mejor de "Amores con un extraño" es la química y el placer de ver a dos iconos como Natalie Wood y Steve McQueen, que nos dejaron tan prematuramente.